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Prueba Jeep Renegade 2020 | Sutiles retoques

La marca norteamericana renovó estéticamente su producto estrella: el Renegade adoptó las modificaciones que tuvo en Europa y ya las exhibe en el MY 2020. El resultado es sutil pero efectivo, y mantiene grosso modo las virtudes de siempre.

Huelga decir que desde 2016 Renegade le dio otros aires a Jeep, otrora una marca más de nicho que de volumen y enfocada a productos importados, con motores grandes y mecánicas extravagantes.

Eso cambió hace casi cuatro años cuando Fiat se asoció a Chrysler para convertirse en FCA y unir esfuerzos. Uno de esos resultados fue la planta brasileña de Goiana, en el estado de Pernambuco, una instalación modelo desde donde salen la Fiat Toro y los Jeep Compass y Renegade.

Hace unos meses la planta ya está fabricando el nuevo Renegade, y nosotros ya lo manejamos.

Estética

Es fácil identificar los nuevos “renegados”, pero hay que saber dónde buscar. Si es de noche va ayudar porque la novedad pasa por las nuevas ópticas: si bien hay un pequeño rediseño de la parrilla, lo más notorio es una “mirada” diferente gracias a faros LED (antes xenón), que permite manipùlar las formas interiores de la óptica y así alcanzar esa nueva figura. También el falso guiño lateral, que ahora tiene una carcasa blanca y no naranja.

En materia de equipamiento esta versión intermedia del Renegade lleva en sus entrañas tapizados de cuero, climatizador bizona, sensores de estacionamiento trasero con cámara de retroceso, y control de velocidad crucero, entre otros. Pulgares arriba para el auxilio homogéneo.

En materia de seguridad, impecables controles de tracción y estabilidad, de balanceo de trailer y siete bolsas de aire para garantizar que todo esté controlado tanto activa como pasivamente.

Habitabilidad

Con casi 2,60 metros entre ejes, el Renegade garantiza un buen espacio para quienes viajen en las plazas traseras, cotas que se mantuvieron prácticamente inalteradas. El quinto pasajero sufrirá un respaldo incómodo y el túnel de transmisión entorpecerá la ubicación de sus pies.

La posición de manejo es algo elevada pero buena, gracias a la columna de dirección de doble reglaje y una butaca que hace lo propio en altura y cuenta con comandos satelitales para administrar otra de las novedades: pantalla de 8,4” con android auto y car play, lo que hoy por hoy exige el cliente.

En materia de calidad, una muy buena presentación y materiales nobles que lo ponen entre los referentes del segmento. En cuanto al baúl, 260 litros de mejorable capacidad.

Motor

Bajo el capot se erige el conocido motor 1.8 de 130 CV de prestaciones y sensaciones domésticas. Firma el “cero a cien” en 13 segundos y tiene recuperaciones de casi 10 segundos, mejores cifras que con caja manual.

En el apartado consumos equipara a velocidades constantes con consumos buenos: 8 litros circulando a 100 y 9,5 a 130, con autonomías de 750 y 630 kilómetros, respectivamente. En ciudad el consumo es malo, con picos 14 litros que duelen en la billetera.

La transmisión la estrenó a principios de 2017. La fábrica la japonesa Aisin AW. Dispone de una moderna gestión electrónica con una función adaptativa que acomoda el pasaje de relaciones de acuerdo al estilo de conducción.

Comportamiento dinámico/off road

Estamos ante un SUV de tracción delantera que seguramente será utilizado gran parte de su vida útil en ciudad.

Aun así sus ángulos y el despeje son buenos (también tiene los bajos protegidos) y en ruta su comportamiento en curva es robusto (tiene un sistema antirrolido) y no se ve tan afectado por los vientos cruzados como uno puede suponer por su formato anguloso y centro de gravedad elevado. Tampoco hay críticas al aislamiento acústico cuando va lanzado en asfalto.

Párrafo aparte para el comportamiento en ciudad. Es agradable, con suspensiones independientes que copian irregularidades de forma confortable y una dirección (eléctrica) justa y precisa que compensa un radio de giro algo limitado. Un verdadero bicho de ciudad.

Precios y rivales

Renegade forma parte de uno de los segmentos más calientes del mercado y que últimamente está en franco crecimiento y renovación. Se las ve con pesos pesados como Chevrolet Tracker, Citroen C4 Cactus, Fiat 500X, Ford Ecosport, Honda HR-V, Nissan Kicks, Peugeot 2008, Renault Captur y Volkswagen T-Cross.

Jeep pone en cancha un gran producto con una fórmula efectiva que comanda la caja automática pero que se ve algo disminuido por un baúl acotado y un motor que no tiene el brío que se merece un producto de esta calidad.

+ Terminación
+ Equipamiento
+ Comportamiento general

– Consumo en ciudad
– Baúl
– Radio de giro

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