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Prueba Nissan Frontier PRO4X | Más deportiva y actualizada

Tiempomotor se subió a la renovación de la pick up fabricada en Córdoba en su versión más “extrema”: detalles y asistencias off road específicas para esta opción de la chata del segmento mediano que busca colarse entre las tres más vendidas.

Frontier tiene un significado importantísimo para Nissan: fue el motivo por el cual la marca pudo asentarse como terminal en nuestro país, con todo lo que eso significa.

Pasaron siete años desde que decidieron importarla desde México y cuatro desde que empezaron a salir producidas de la fábrica de Santa Isabel. Hace algunos meses viajamos a Iguazú para conocer su primera actualización y finalmente nos subimos a la PRO4X, el nuevo tope de gama de la familia Frontier.

Estética y equipamiento

Posiblemente lo más relevante del modelo pasa justamente por este apartado. Primero por la renovación que sufrió toda la gama Frontier, que ahora cuenta con una trompa actualizada que, a nuestro juicio le queda muy bien, y un portón trasero que lleva estampado el nombre del modelo y también creemos que fue muy acertado.

Esta versión suma algunos detalles específicos como el color que ves en imágenes (solo para esta PRO4X) y algunos componentes (espejos, listones, barra, etc) oscurecidos además del logo, con letras rojas.

Respecto del equipamiento, la gama se reacomodó: esta PRO4X se ubica ahora como el nuevo tope de gama y eso implica que tiene el máximo equipamiento que Nissan dispone para la gama Frontier. Esto incluye: seis airbags, ABS, controles de tracción, estabilidad y trailer y además ADAS como mantenimiento de carril, precolisión, punto ciego, fatiga y luces altas. Por el lado del confort, climatizador bizona, control de velocidad crucero, sensor de estacionamiento trasero con cámara 360, acceso y arranque sin llave, techo solar y llantas de 17” como lo más destacado.

Habitabilidad y multimedia

Entre ejes no hubo modificaciones: son 3,15 metros entre ejes que ostentan una habitabilidad correcta y casi promedio del segmento, pero lejos de las referentes. Las plazas traseras siguen la tendencia de la industria, con una central que es menos ergonómica que el resto (y que oficia de apoyabrazos) más la incorporación de tres apoyacabezas y tres cinturones inerciales para que viajen tres pasajeros allí. Nos dejó gusto a poco la presentación del interior, que apenas retocó el volante para este refresh.

A la hora de pensar en la caja de carga, Nissan anunció con bombos y platillos que la retocó para mejorar sus capacidades: las paredes subieron a 50 centímetros de alto (creció 48 mm) y acusa 1,52 por 1,56 largo por ancho. En cuanto a kilos, admite hasta 1019, la superficie está “pintada” rugosamente para proteger los paños originales e incorpora separadores para organizar la carga.

La multimedia está bien cubierta, con una pantalla Nissan Connect de ocho pulgadas, sin navegador nativo, que tiene todas las conexiones modernas aunque un sistema operativo con una interfaz algo avejentada que le resta algunos puntos. Para recargar los dispositivos hay tomas USB tradicionales, tipo C y hasta 12 V.

Motor

Sin novedades bajo el capot. Se mantiene el 2.3 biturbo de 190 CV que nominalmente lo dejan entre los menos potentes del mercado. El motor, cadenero, entrega mejores sensaciones que prestaciones: al no haber cambios el cronómetro lo sigue deteniendo en 11,3 segundos, cifras correctas para el segmento. Está acoplado a una caja de siete velocidades que a veces puede mostrarse dubitativa cuando la exigimos.

Respecto de los consumos, muy buenos sobre todo circulando a velocidades constantes, donde obtuvimos un promedio de menos de 10 litros en ruta y autopista y una media urbana por debajo de los 12 litros “cada cien”, dejando en claro que el 2.3 es un aliado a la hora de cargar combustible.

Comportamiento dinámico/off road

Una de las grandes novedades -y exclusividades- del modelo es el bloqueo de diferencial. El sistema complementa las bondades on y off road, que naturalmente tiene bloqueo de alta y baja.

A la hora de pensar en el off road, también tiene protecciones bajo motor y, lamentablemente para los de paladar negro, un estribo que ayuda estéticamente y a subir a la camioneta pero que le quita capacidades ventrales. También el calzado complementa ya que incorpora gomas 255/65 con un dibujo All Terrain exclusivo de esta versión PRO4X además de llantas de 17” que son más idóneas que las 18 de otras versiones.

En ciudad o caminos no tan accidentados, la Frontier tiene otra exclusividad (compartida con su prima Renault Alaskan): la suspensión independiente. Con ella la pick up cordobesa copia muy bien las irregularidades y se mueve a sus anchas en caminos de alta velocidad. Lógicamente en ciudad, por su porte y su eje trasero, puede tener algún rebote molesto pero nada que no sea costumbre para el público de este segmento.

Precios y rivales

Se cae de madura esta sección: la Nissan Frontier sale con los tapones de punta a pelearle a todas las pick up medianas de 1 tonelada. Ellas son las Chevrolet S10, Ford Ranger, Mitsubishi L200, Renault Alaskan, Toyota Hilux y Volkswagen Amarok.

Con estas novedades de equipamiento más la nueva (y prolifera) gama que propone la marca japonesa, Nissan tiene entre manos un producto confiable que emparda casi todos los aspectos de las referentes. ¿Podrá meterse en el Top 3?

+ Consumo
+ Equipo de seguridad
+ Gama

– Auxilio temporal
– Sin retoques adentro
– Algunos materiales

Ficha técnica

Imágenes

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