El fabricante sueco logró reducir los consumos de combustible de sus motores asociados a una caja de cambios automática con los niveles de una manual.
Para ello, Volvo incorporó a la gama de sus modelos S60, V60, V70 y S80 la motorización Diesel de 1.6 litros en combinación con una caja de cambios automática Powershift que permiten igualar el consumo de las versiones manuales.
Así, el consumo de un Volvo S60 con motor 1.6D y Powershift se sitúa en 4,3 litros por cada cien kilómetros recorridos, mientras que sus emisiones son de 114 gramos de CO2 a los cien kilómetros.
La firma indicó que este reducido nivel de emisiones y de consumos se logra gracias a la menor fricción entre los componentes de la caja de cambios, la modificación del software, la incorporación del sistema Start/Stop y la optimización de los sistemas eléctricos. Además, Volvo también logró bajar hasta 139 gramos por kilómetro las emisiones de CO2 del motor naftero T3 turbo con la caja de cambios manual. El vicepresidente de Investigación y Desarrollo de la empresa, Peter Mertens, indicó que es un logro impresionante.