El Gobierno francés confirmó que la automotriz gala fue víctima de un delicado caso de espionaje que al parecer afectaría el desarrollo de sus vehículos eléctricos.
Así lo confirmó el ministro de Industria francés, Éric Besson, quién señaló a la radio RTL que se trata de una "guerra económica". No obstante, el que tiró la bomba fue el diario francés Le Figaro.
El medio publicó que tres altos ejecutivos de Renault, miembros del comité de dirección estaban bajo la sospecha de haber filtrado datos estratégicos sobre el "proyecto estrella" del grupo, que es del desarrollo de sus vehículos eléctricos en forma masiva.
Por su parte, la dirección jurídica de Renault declaró que el caso de espionaje que afecta a la compañía es un asunto "muy grave" que amenazaba activos estratégicos. “Se trata de hechos muy graves que conciernen a personas en posición particularmente estratégicas en la empresa", indicó Christian Husson, director jurídico de la multinacional gala.
Los empleados involucrados en el escándalo fueron inmediatamente suspendidos. Según el directivo esta medida apunta a "proteger, sin esperar, los activos estratégicos, intelectuales y tecnológicos de nuestra empresa".
Renault tiene previsto comenzar este año la comercialización de dos vehículos eléctricos, el Fluence y el furgón Kangoo; más adelante venderá el Twizy y el Zoe que comenzará a venderse la segunda mitad de 2011 o principios de 2012.
Según Le Figaro, este caso de espionaje sufrido por Renault equivale a un auténtico "terremoto" en la multinacional y asegura que uno de los tres autores de la filtración de datos es uno de los responsables de proyectos de la empresa.
El diario afirma que los tres sospechosos actuaron de manera coordinada y que el asunto tiene que ver con la venta de datos confidenciales de Renault relacionados con el desarrollo de la batería eléctrica o con el propio motor de los vehículos que sacará al mercado.