Continuamos con esta clínica teórica y virtual sobre conducción 4×4 para que no te sorprenda ninguna superficie. Si sos experto en la materia, nunca viene mal repasar algunas cuestiones básicas; y si todavía no estrenaste la doble tracción (y no cuenta haberla puesto en el asfalto sólo para ver prendida la lucecita en el tablero) ni pienses en embarcarte en una travesía sin al menos tener algunos datos. Aquí te damos algunos de los tips para tener en cuenta.
La tierra seca (o el ripio) te permiten alcanzar velocidades que no son frecuentes en la práctica del 4×4, cosa a tener muy en cuenta, porque si bien con la doble tracción se estira el umbral de adherencia también tenés que pensar que por lo general estos vehículos tienen un centro de gravedad más alto que el de los autos (y ni hablar si llevás peso en el techo). Los volantes más expertos pueden divertirse un poquito más, pero nosotros no recomendamos de ningún modo hacerse el Juha Kankkunen y encarar las curvas de costado.
Aunque la tierra esté compacta siempre es mejor circular con la doble tracción, ya que se asegurará un mejor agarre del vehículo. En este punto tenemos que hacer una aclaración. Es recomendable circular con la doble puesta siempre y cuando tu 4×4 tenga un diferencial central (que compense las diferencias de giro que pueda existir entre el eje delantero y el trasero). Si no lo tiene, como ocurre con todas las pick-ups, no uses la doble porque a la larga vas a romper la caja.
Hecha la aclaración del caso y suponiendo que estás en condiciones de usar la doble, tené en cuenta que el vehículo va a dejar de ser subvirante o sobrevirante en las curvas, sino que el conjunto tiende a deslizarse hacia la línea exterior, en forma paralela a la trayectoria. Manejar en estas condiciones puede ser muy divertido para un piloto con mucha experiencia, pero bastante peligroso para quien no está acostumbrado a desenvolverse en este tipo de terreno.
Atento a que podés ir más rápido de lo que se acostumbra en la práctica del 4×4, tenés que estar con los ojos bien abiertos y preparado para sortear cualquier obstáculo que pudiera presentarse. Lo más común sería que aparezca repentinamente algún lomo de burro. En estos casos lo más prudente es frenar hasta inmediatamente antes del lomo y pasarlo sin frenar a la menor velocidad posible, ya que al frenar el vehículo se agacha de adelante y se reduce el ángulo de ataque.
Otro obstáculo común en la tierra seca son los surcos. En estos casos lo que primero debés tener en cuenta es la altura del vehículo, porque si la profundidad de los surcos es mayor que el despeje corrés el riesgo de romper el cárter, el diferencial u otro elemento de la mecánica. Si una vez que encaraste el surco comprobás que empieza a rozar la parte de abajo, intentá sacarlo de la huella lentamente con la dirección. Si los surcos son transversales al camino, conviene pasarlos a baja velocidad y atacarlos con un cierto ángulo, de modo que las ruedas del mismo eje no pasen por la huella al mismo tiempo.
En cuanto a sus formas, las piedras redondeadas como los cantos rodados que están en los lechos de los ríos, no representan ningún riesgo. En cambio, las piedras con cantos vivos son cortantes.
En cuanto a las rocas que por su tamaño pueden considerarse como un obstáculo individual, lo único que se puede hacer es tener en cuenta las limitaciones de tamaño del vehículo y el sobreesfuezo al que estarán sometidas las suspensiones.
PRESION
La presión de los neumáticos juega un papel importante, como en casi todas las superficies. Tanto al ir por la tierra seca como por piedras se aconseja llevar la presión de los neumáticos al máximo recomendado por el fabricante. De esta manera se hace más difícil que se corte el caucho con alguna piedra.