¿Hace falta que te digamos que es el Nordschleife? Con 77 curvas es uno de los circuitos más exigentes y por eso buena parte de las marcas que producen deportivos o los autos que se precian de serlo, suelen pasar a darse unas vueltas para hacer los últimos ajustes.
Bugatti es una de ellas y hace algunos días llevó el Chiron Pur Sport, uno de sus inminentes lanzamientos al mercado, para que los ingenieros terminen de calibrar su comportamiento: software de control de chasis, dirección, amortiguación y permisos de los controles de estabilidad.
La topografía del trazado alemán es clave para estos menesteres, ya que tiene pendientes de hasta 17% y una diferencia de altura de 300 metros en sus 20 kilómetros de trazado. Una de las zonas del circuito donde más pueden exprimir al Chiron es desde Döttinger Höhe ya que desde ahí es muy demandante tanto para el piloto como para el auto ya que se trata de una sección ágil y veloz.
Pero como también el Chiron está pensado para ser un auto de todos los días, la instrucción para los pilotos incluyó, una vez afuera del circuito, salir a circular por la zona urbana aledaña ya que también tiene pendientes y muchas curvas para ir al milímetro con la puesta a punto.
Con su aerodinámica mejorada, las relaciones de caja más cortas y un juego de neumáticos específico para el modelo, el Pur Sport apunta a ser el miembro más dinámico de la familia Chiron. ¿Su precio? 3 millones de euros cada una de las 60 unidades de edición limitada, con producción estipulada para fines de 2020.
