BMW aprovecha las jornadas de innovaciones 2015 de BMW Group para mostrar algunos resultados de sus trabajos de investigación y desarrollo en materia de propulsión, en este caso en el proyecto de los Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV).
Lo hace probando, por primera, vez, un vehículo equipado con celda de combustible con hidrógeno. El modelo en cuestión es un BMW Serie 5 Gran Turismo, el cual posee un motor eléctrico con 245 caballos, electrónica funcional y batería de alto voltaje, tecnologías BMW eDrive destinadas a los modelos de la marca BMW i, así como para los híbridos enchufables de BMW.
A eso se le suma un sistema de acumulador de hidrógeno con forma de túnel entre ambos ejes. En la celda de combustible, el elemento gaseoso es transformado en energía eléctrica y vapor de agua.
La energía eléctrica es utilizada por el motor con cero emisiones contaminantes, previo paso por una batería de alto voltaje que oficia de acumulador intermedio. Por su parte, el vapor de agua es el único desecho del modelo. La autonomía anunciada por BMW es mayor a los 500 kilómetros.
En este campo, en 2013 BMW Group formó una cooperación con Toyota Motor Company, de la cual han surgido celdas de combustible, carcasas y sistemas secundarios. La alianza entre ambas compañías tiene como objetivo la fabricación de componentes -que demuestren su buen funcionamiento- hasta el año 2020.
La compañía alemana investiga los sistemas de propulsión de celda de combustible con hidrógeno desde hace más de 15 años. En 2006 presentó el Hydrogen 7, un modelo basado en el Serie 7 que es reconocido como el primer sedán de lujo con motor de combustión de hidrógeno.
