En una jornada de poca actividad bursátil, las acciones de General Motors cayeron en Wall Street un 21,6% y las de Ford un 12,2%, pese a la confirmación de las ayudas financieras acordada por Washington la semana pasada para sanear las cuentas de los mayores fabricantes del país del norte.
Así, el martes los papeles de General Motors cotizaron u$s3,52 dólares cada uno, después de que hubiese quedado neutralizado casi al completo el fuerte avance logrado el lunes, cuando subieron casi 23%, hasta los 4,49 dólares.
Tras la fuerte suba del viernes, General Motors padeció, además del efecto rebote, la publicación de un informe de Credit Suisse en el que se advertía de que la compañía podría llegar a perder todo su valor en bolsa.
La entidad rebajó la calificación de sus títulos y apuntó que las condiciones de la ayuda otorgada la semana pasada por Washington a General Motors pueden significar la perdida total de su valor de mercado.
Las acciones de General Motors, la más necesitada de ayuda, se revalorizó en el último mes un 15%, aunque en lo que va de año acumulan una espectacular caída libre del 85% de su valor bursátil.
Tampoco le va mucho mejor a Ford que, a poco más de una semana para que concluya el año, acumula un descenso del 61,5% en el acumulado 2008.
Esa compañía, que de momento no ha solicitado ayuda financiera al Gobierno, cayó un 12,2%, para cerrar en 2,59 dólares, con lo que deja muy atrás la subida del 4% lograda el viernes pasado.
Con una perspectiva de cinco años, los títulos de Ford han caído un 83%, mientras que los de General Motors, que forma parte de los 30 valores del Dow Jones de Industriales, se han desplomado un 93%.
Los valores de Toyota cotizados en Nueva York cayeron un 6,45%, tras anunciar que prevé cerrar este año con pérdidas operativas por primera vez desde la década del ‘40.
Daimler también bajó un 2,97%, Tata Motors un 5,68%, mientras que una de las pocas excepciones del sector automovilístico en Wall Street fue Honda, que terminó la sesión con un tímido avance del 0,74 por ciento.
Según el plan anunciado por la Casa Blanca, General Motors y Chrysler recibirán de forma inmediata u$s 9.400 y 4.000 millones, respectivamente, y en febrero la primera tendrá acceso a otros u$s4.000 millones.
Bush señaló que esos préstamos darían tiempo a los fabricantes para adoptar planes de reestructuración que los hagan viables y, si no lo consiguen, hacer los preparativos legales y financieros necesarios para reorganizarse al amparo del Capítulo 11 de la Ley de Bancarrota.