Deporte motor

DETRAS DE LAS CARRERAS

TC CLASICO DE CLASICOS: EL OVALO VS. EL CHIVO

 Son el River-Boca del automovilismo. Ford y Chevrolet despiertan sentimientos fuertes. Genuinos. De fidelidad y pasión. Los fanáticos se desviven cuando escuchan y ven a las máquinas sobre la pista.

Hace horas que esperan ese momento. Los más entusiastas viajan a las carreras la semana previa y se instalan en los autódromos con el sólo fin de tener una posición de privilegio. Para ellos el TC es una religión.

Algunos alientan y les gritan a los pilotos como si éstos, con la cantidad de decibeles que despiden los caños de escape, los fueran a escuchar. Otros se emocionan hasta las lágrimas y hacen la reverencia a su paso como si desfilara por el asfalto el mismísimo Papa o el Sri Sri Ravi Shankar.

“Mi viejo tenía un Falcon 69’ y yo desde chiquito que soy de Ford. No existe otro coche. Hace algunos años pude comprarme este Sprint y ya le dije a mi señora que cuando me muera lo use de cajón”, graficó su amor por el vehículo Omar, pampeano de 36 años que tiene como un tatuaje del Gurí Martínez, máximo ídolo de Ford.

“No, yo no correría con otra marca… Desde mi debut en el TC que corro con Ford y sería una traición cambiarme. Además, yo soy hincha de Ford. Siempre veía las carreras y las peleas entre el Pincho (Castellano) y Johnny (De Benedictis) eran emocionantes”, expresó el entrerriano.

Johnnito De Benedictis, ganador del pasado fin de semana, tampoco nunca se cambiaría de bando. El de Necochea nació escuchando a los hinchas del Ovalo venerando a su padre Juan Antonio y quiere mantener la tradición… hasta el verde del Falcon respeta.

“Soy fanático de Ford porque, además todo lo que heredé, no podía ser de otra marca. De Benedictis es Ford y por eso quiero salir campeón de TC; para dedicárselo a mi viejo, algo que él nunca pudo conseguir (Johnny fue tres veces subcampeón), y a los hinchas del Ovalo, que me demuestran su cariño constantemente”, comentó Pamperito.

Los fanas de Chevrolet también tienen a su Dios. Guillermo Ortelli les dio alegrías desde que se inició en el TC (logró el primero de sus seis coronas en el 98’, en su tercera temporada completa) y siempre defendió a la marca. “No tenía ídolos, pero me gustaba el Flaco Traverso, y tampoco era hincha de una marca. Se dio de comenzar en el TC con un Chevrolet y seguí, pero no es que lo busqué”, dijo el saltense, hincha de Ford en su infancia y quien debutó en la divisional con un Falcon, en las 2 Horas de Buenos Aires de 1994 junto a Fabián Acuña.

Otro de los referentes del Chivo en los últimos años es Matías Rossi, aunque en la competencia de San Luis, donde venció, pasó un ingrato momento: cuando subió al podio a festejar, un puñado de hinchas de la marca lo insultaron porque en una nota, el Misil expresó que conduciría un Ford ya que el automovilismo es su trabajo.

“Nunca fui de seguir a una marca sino a los pilotos. Mi ídolo era Juan María (Traverso) y nunca me fijé con qué marca corría. Hoy estoy corriendo en un Mondeo en el Top Race y si mañana vienen y me ofrecen más dinero por correr con un Falcon, si me cierra lo haría, porque yo vivo de esto”, señaló el de Del Viso.

Pero como así está la puja entre Ford y Chevrolet, hay otras marcas que habitan en la división y posee, aunque en menor medida, adeptos. “Ford y Chevrolet son Boca y River, pero nosotros somos la Selección Nacional”, tiró Martín Ponte, piloto y hoy referente de Torino en el TC.

El entrerriano empezó su carrera en el TC Pista con el Toro, ganando en el debut de Mar de Ajó 2008, y continuó su carrera hasta la actualidad: el fin de semana en La Pampa fue 2º, el mejor resultado en 47 presentaciones: “Los del Toro quizás somos pocos, pero nos hacemos escuchar. Lo de Nürburgring fue una epopeya que no cualquiera hubiese hecho”.

Lo mismo pasa con los de Dodge. Con el Pincho Castellano como personaje supremo que hoy pulula por los boxes, trasladan la idolatría en Jonatan, su hijo. “La Chancha es lo más grande que hay, pese a que en los últimos años penamos un poquito. Y los hinchas son hinchas de verdad; están en las buenas y en las malas. Son los mejores”, aseguró Pinchito.

Las cartas están echadas. Cada uno defiende como puede, y quiere, al modelo que representa. Y los del otro lado del alambrado, agradecidos.

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