En plena etapa de “revisionismo automovilístico” y cuando la mayoría de las marcas se ponen, presurosas, a revisar viejos catálogos para ver que reliquia pueden revivir, no es descabellado asignar cierta veracidad a las noticias provenientes de la Ciudad Luz.
Allí, circulan comentarios que indican que la marca gala, aprovechando el consorcio industrial con Nissan, está preparando una nueva versión del mítico Renault Alpine, auto que brillara a principios de la década del setenta en el escenario de los rallyes y se transformó en icono de su tiempo.
Las noticias, a pesar de las negativas oficiales al respecto, indican que el objetivo es situar el nuevo coupé en un nicho de precios muy atractivo, en definitiva, una variante deportiva de un automóvil pequeño a un precio accesible.
En otras palabras: el rombo no piensa en él como la versión francesa del Nissan 350Z, el Alpine será más corto, más liviano y más ecológico, con una mecánica turbocomprimida que debería estar en el orden de los 220 CV. En ese sentido, se sabe que respetará la historia y las ruedas propulsoras serán las traseras; por lógica, el impulsor estará dispuesto longitudinalmente.
El precio no debería superar los 25.000 euros y su lanzamiento podría materializarse en 2011.
Como tantas otras fábricas de automóviles deportivos, la Alpine fue fundada por un apasionado del deporte motor: Jean Rédelé, -su padre era dueño de un concesionario Renault.
Comenzó a competir con un Renault 4CV y mejoró la carrocería original por una de su propio diseño hecha plástico reforzado con fibra de vidrio.
A partir de entonces, Alpine se distinguió en la preparación de los autos Renault. Basado en el R8, el Alpine A110 fue lanzado en 1963.