De acuerdo al último encuentro entre el primer ministro italiano Silvio Berlusconi y el presidente francés Nicolas Sarkozy, el futuro de las empresas automotrices podría tener un desenlace ¿en conjunto? Es que de acuerdo a lo planteado por Sergio Marchionne, semanas atrás ambos mandatarios habrían considerado las consecuencias positivas de una fusión entre PSA Peugeot Citroën y Fiat, terminales casi “de bandera”.
De darse este planteo, el resultado de la unión convertiría a la empresa resultante en el cuarto productor automovilístico mundial, y permitiría a las marcas del grupo beneficiarse de menores costos de desarrollo para futuros modelos.
Desde el descalabro de la unión Fiat- General Motors de hace unos años, el grupo italiano ha crecido, mejorando su posición comercial gracias a éxitos como el Fiat 500 y el Bravo. La única duda que surge sería cómo manejar la producción de modelos dentro de la posible empresa conjunta. Ahora mismo la empresa que pilotea Marchionne tiene problemas para posicionar a Lancia y Alfa sin pisar las ventas de Fiat, y meter en la ecuación a Citroën y Peugeot complica bastante el panorama.
Según los analistas, una alianza entre PSA y Fiat sería positiva para ambos bandos, ya que las automotrices gozan de imagen positiva en cuanto a producción de autos compactos.
Actualmente el grupo galo y el italiano poseen un acuerdo de joint-venture para la fabricación de vehículos utilitarios y minivans, como Citroën Nemo, Peugeot Bipper y Fiat Fiorino.
La información, proveniente de las filas de Berlusconi, coincide con el hecho de que el premier estaría estudiando una posible ayuda al sector automotor. La fusión entre PSA y Fiat podría ser tratada el 17 de diciembre, fecha en que Berlusconi debe reunirse con John Elkann, director de IFI, empresa responsable para el control accionario de Fiat.