No fue una tarea fácil para Sébastien haber aceptado el reto del M-Sport con un Ford Fiesta RS sin apoyo oficial, sin embargo Ogier logró el pentacampeonato porque fue Ogier, manejando al límite cuando contó con el auto, como en Montecarlo y Portugal, donde obtuvo las victorias de la temporada, o siendo paciente y sumando buenos puntos para cuando no podía subir a lo más alto del podio.
Ogier, con su quinto título en el bolsillo, manifestó: “No sé qué decir… Ha sido un año duro pero terminar como esto es increíble. Todos nuestros títulos significan mucho, pero éste vino después de una lucha muy dura. Tuvimos que asumir riesgos. No ha sido una fácil arriesgar. Gracias a todo el equipo y a Malcolm. Fue un trabajo duro pero es increíble conseguir este campeonato con este equipo”.
M-Sport disfruta de las mieles de la victoria, no sólo por el resultado de su piloto estrella, sino por que además logró alcanzar el título de constructores y la victoria con el galés Elfyn Evans en su tierra, celebrando en lo más alto del podio por primera vez en el Mundial. Thierry Neuville (Hyundai i20) llegó como escolta.
El 19 de noviembre será la última competencia de la temporada por los caminos de Australia.