En Europa, Mercedes-Benz sumó un nuevo integrante a la gama de la nueva generación del Clase S Cabriolet. Se trata del Mercedes-AMG S 65 Cabriolet, que combina la elegancia de la carrocería descapotable con el poderío de la división de altas prestaciones de la estrella.
En primer lugar, el modelo cuenta con una estética personalizada especialmente a través de paragolpes y parrilla exclusivos y llantas de aleación de 20 pulgadas con neumáticos en medida 255/40 para el eje delantero, y 285/35 para el trasero.
Una de sus piezas más características es la capota de lona, que puede ser de color azul, beige, negro o rojo, y que cambia la fisonomía del modelo -por medio de un sistema electro-hidráulico- en apenas 17 segundos.
La motorización elegida para este Clase S es un naftero V12 con 6 litros de cilindrada y doble turbo, el cual desarrolla una potencia de 630 caballos entre 4800 y 5400 rpm, además de un torque de 1000 Nm entre 2300 y 4300 rpm.
En conjunto con la caja automática AMG SpeedShift Plus 7G-TRONIC (con convertidor de par y siete marchas) y la tracción en el eje posterior, puede acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 4,1 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada a 250 km/h, la cual se puede incrementar hasta los 300 km/h mediante el paquete AMG Driver’s.
Como es costumbre en la marca, el modelo se destaca por su lujo interior y por su equipamiento, el cual incluye suspensión deportiva Airmatic con amortiguación variable, sistema de calefacción a nivel de cuello (Airscarf) y los deflectores de viento (Aircap).
Esta nueva variante se suma a las presentadas anteriormente, la S 500 con motor V8 de 455 caballos (con caja automática de nueve velocidades) y la Mercedes-AMG S 63 con motor V8 5.5 de 585 CV, caja automática de siete cambios y tracción integral 4 Matic.