La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) descubrió que algunos de los modelos del Grupo Volkswagen que en ese país están equipados con motores diésel TDI poseen un software que elude sus normas de emisiones.
Se trata de un “dispositivo de desactivación”, como lo llama la EPA, el cual detecta cuando el vehículo están siendo analizado por los sistemas de medición del organismo, brindando valores de emisiones por debajo del límite establecido, es decir en cumplimiento de la ley. Pero resulta que en la utilización real ese filtro desaparece y los motores poseen emisiones de NOX que son de 10 a 40 veces más altas que los valores establecidos por la EPA.
“La hemos cagado por completo”, así reconoció lo sucedido ante los medios Michael Horn, el presidente de Volkswagen en Estados Unidos, quien además se comprometió a reparar los automóviles involucrados. Video Euronews
Las unidades afectadas en Estados Unidos serían cerca de medio millón y pertenecen a los modelos Jetta (nuestro conocido Vento), Jetta Sportwagen (familiar), Golf, Golf Sportwagen, Passat, Beetle y Beetle Convertible, además del Audi A3, todos con el motor 2.0 TDi y adquiridos entre los años 2009 y 2015 (según el modelo).
La marca reonoció la falsificación de las emisiones y ahora se enfrenta a una multa que, según medios internacionales, podría ser de hasta 18.000 millones de dólares. Volkswagen ya apartó 6.500 millones de euros para cubrir las medidas de servicio necesarias y otras acciones.
Desde la automotriz indican que esas diferencias involucran a 11 millones de unidades en todo el mundo, y que los resultados entre las pruebas de banco y el uso real en ruta son notables. Además, asegura estar trabajando para eliminar dichas diferencias por medio de medidas técnicas.
Por su parte, Martin Winterkorn, CEO de Volkswagen AG, dijo lamentar profundamente haber roto la confianza de sus clientes y del público, y que van a cooperar plenamente con los organismos para esclarecer el caso.
Mientras tanto, las acciones del grupo alemán se desplomaron en Alemania, y países asiáticos y europeos ya piden controles de las unidades presentes en esas regiones.
Estas por el momento, son sólo algunas de las consecuencias de una actitud deshonesta.