El informe remitido por la compañía de Detroit se convierte en un mensaje de emergencia, en un tono aún más alarmista del que predominó en los últimos tiempos. Hace meses había salido al ruedo a comunicar que era casi imposible que quebrara, pero hoy la historia es otra. Es que General Motors reconoció las "dudas sustanciales" sobre su viabilidad, en un documento en el que vincula su continuidad a nuevas ayudas públicas, y que podría verse forzado a declarse en bancarrota.
La propia empresa reconoció que existen "dudas sustanciales" sobre su capacidad para seguir operando. Ni siquiera su auditor, Deloitte & Touche, le da una mano ya que también da fe de esa duda.
En el informe anual, General Motors prácticamente condiciona su continuidad a la obtención de nuevas ayudas del Gobierno Norteamericano. Espera con urgencia u$s7.700 millones adicionales, una cifra que elevaría el monto total del rescate a u$s30.000 millones.
"El fracaso en la obtención de fondos suficientes del Gobierno de Estados Unidos o de otros gobiernos extranjeros podría forzarnos a cerrar nuestras operaciones o a buscar una reorganización de filiales fuera de Estados Unidos (…) podría forzarnos a recurrir a la protección por bancarrota", alertó la firma en su informe.
La situación extrema de General Motors no incluye, además, perspectivas de mejora. La compañía reconoce en su comunicado que las ventas seguirán mostrando un comportamiento débil.
En febrero, sus ventas cayeron un 53%, y "los volúmenes pueden descender de forma más severa o llevar más tiempo del que esperábamos para la recuperación".
La empresa está recortando sueldos de ejecutivos y planea eliminar 47.000 empleos este año, como parte de la reestructuración requerida para mantener los u$s 13.400 millones en préstamos que ya tomó de los Estados Unidos.
QUE PASA CON FORD?
Ford anunció que su consejo de administración aprobó un plan por el que eliminará hasta u$s10.400 millones de deuda al ofrecer a cambio a sus tenedores dinero y acciones de la compañía.
Alan Mulally, presidente y consejero delegado de Ford, dijo que "el plan de reestructuración de la deuda que estamos anunciando hoy es un paso crítico en la transformación global de Ford".
Mulally añadió que "seguimos trabajando con todos las partes implicadas (incluidos empleados, concesionarios y proveedores) para asegurar el futuro de Ford en este ambiente económico tan difícil".