Estaba todo preparado para que sea una fiesta. Pero el evento, el más importante del año para el Súper TC 2000, casi se transforma en una pesadilla para los organizadores, pilotos y público.
El sábado por la tarde, cuando la mayoría de la gente afectada a la competencia se retiraba a sus hogares u hoteles, la orden la fiscal Celsa Ramírez ordenó la clausura del autódromo de Buenos Aires por violar la clausura preventiva que tenía el predio del 11 de julio.
Tras varias idas y vueltas, un caos de tránsito monumental en las adyacencias del circuito y rumores de que la carrera no se iba a realizar, el conflicto se destrabó cerca de las 10.30. El público comenzó a ubicarse en las tribunas y los protagonistas de la competencia a buscar sus máquinas. Pasadas las 13, el ruido de los Súper TC 2000 le ganó -en parte- a la burocracia.
coment_2Néstor Girolami y Mauro Giallombardo se impusieron en una entretenida prueba que contó con una buena estrategia del equipo oficial Peugeot para poner al 408 en lo más alto. Norberto Fontana y Mariano Altuna, la dupla de Chevrolet, se colocó como escolta y le permitió al Gigante de Arrecifes ampliar su ventaja en el campeonato.
Pero, lamentablemente, lo deportivo quedará en un segundo plano cuando la historia recuerde esta jornada negra del automovilismo argentino. El 20 de julio de 2014 se recordará como el día en que una disputa política metió las narices en el deporte motor y le firmó la partida de defunción al autódromo porteño. Ese que supo consagrar a Fangio, Froilán González, Reutemann, Traverso, Di Palma y miles de pilotos más que, donde quieran que estuvieran, habrán sentido vergüenza, dolor y mucha tristeza.
El próximo compromiso de la divisional será el 17 de agosto en Resistencia, Chaco, aunque todavía resta la confirmación.
Pasó toda la noche. Llamadas a la controladora de turno del Gobierno de la ciudad y a altos directivos del Gabinete porteño no destrababan la situación y, con los primeros rayos de sol de la mañana, la gente comenzaba a poblar el acceso sin posibilidad de ingresar. Lo mismo ocurría con periodistas, organizadores, mecánicos y pilotos. Todos afuera.