Sin hacer ruido y con bajo perfil, Peugeot empezó a comercializar un 407 en el mercado local con un retoque estético muy leve, levísimo, pero que le permite conservar la elegancia y el estilo refinado clásico de este tope de gama del león.
Una mini micro-cirugía que no implicó cambios en los motores aunque si en la potencia que entregan como en el caso del 2.0 que ahora desarrolla 143 CV (antes 136 caballos). En tanto el 2.2 de 160 CV (igual), el 3.0 de 216 CV (igual) y, completa la gama el el 2.0 HDI de 136 burros también sin cambios.
¿En dónde radican los cambios? En esta segunda generación, básicamente se mejoró la calidad percibida, especialmente en la terminación de algunas partes de la carrocería; aspectos puntuales como la reducción de la luz que había entre el paragolpes trasero y los faros.
Adelante, unas finas barras verticales cromadas en la toma de aire se suman a su "nueva estética". 
Tal vez lo más jugoso desde el punto de vista de la conducción haya sido el agregado de los sensores delanteros de estacionamiento. Por dentro sólo se trabajó para mejorar los encastres y las juntas de la consola central de instrumentos El resto del equipamiento, muy bueno por cierto, sigue siendo el mismo, con una buena cantidad de dispositivos de seguridad, como los airbags delanteros, laterales y del tipo cortina, ABS con repartidor electrónico de frenado y control de estabilidad, entre otros.
En este terreno, el león debe medirse con uno de los referentes del segmento que sin dudas sigue siendo el Volkswagen Passat, con una buena dosis de versiones disponibles (incluso con tres tipos de caja y tracción integral) y también se mete en la compulsa, el Ford Mondeo, el más moderno del segmento y que ofrece lo más avanzado en términos de equipamiento de seguridad activa y asistencia a la conducción.
¿El aval? Sin ser de las orientales, está a la medida: dos años sin límite de kilometraje.