Las empresas concesionarias se presentaron ante el Congreso de los EE.UU para tratar de desacelerar los planes de las automotrices General Motors y Chrysler que pretenden recortar drásticamente sus filas, que en el caso por ejemplo de ésta última, se traduce en un cuarto del total de su red.
GM quiere reducir su red de concesionarios a 3.605, desde los 6.246. En tanto que Chrysler ya oficializó a través de una carta que seguirá los pasos: prevé suprimir 789 agencias distribuidoras en todo el país del norte.
“Un recorte rápido de concesionarios es una mala idea", señaló John McEleney, presidente de la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles (NADA, por su sigla en inglés), en un comunicado. Asimismo, añadió que la organización no se opone a la consolidación del sector, pero cree que el Gobierno y las compañías se están moviendo demasiado rápido.
En el caso de Chrysler, los concesionarios están conociendo su destino a través de telegramas que recibieron esta mañana y tendrán 23 días hábiles para una revisión judicial.
"La red nacional de concesionarios debe ser reducida y remodelada para reforzar la red y la rentabilidad de los puntos de venta y obtener el mejor resultado para los concesionarios y los clientes", argumentó Chrysler en un documento remitido al tribunal de quiebras de Nueva York.