Mientras las partes privadas continúan gestionando una solución para destrabar el frente abierto entre Argentina y México por el comercio automotor (analizan cientos de artilugios para que ambos Gobiernos se sienten a negociar), en Brasil comenzaron a conocerse los primeros balances de la nueva política de intercambio por cuotas con el mercado azteca.
Resumen: La compra de autos “made in México” por parte del mayor socio de la región continúa a toda velocidad pese a la implementación de cuotas que se impusieron este año para revertir el déficit de la balanza comercial. A pesar de ello, las importaciones aceleraron un 127% porque los fabricantes decidieron absorber los sobrecostos para no perder posiciones en el mayor mercado de América Latina.
Tal como rescata el informe de la Agencia Reuters, el Gobierno de Dilma Rousseff obligó a México a aceptar cuotas para sus exportaciones de autos sin impuestos, con lo que quedó suspendido por tres años un acuerdo de libre comercio que había generado un desequilibrio para Brasil en la balanza automotriz.
Pero a contramano de los pronósticos, Brasil importó 73.212 autos y vehículos comerciales ligeros mexicanos desde que entraron en vigor las cuotas en abril pasado, de acuerdo a las cifras que brindó la federación brasileña de concesionarias Fenabrave.
Los datos del informe de Reuters, muestran que la tendencia se mantendría una vez superada la cuota de u$s1.450 millones para las importaciones libres de impuestos que se fijó para los primeros 12 meses hasta marzo del 2013.
Al menos un fabricante ya superó su límite y está importando autos mexicanos "fuera de cuota", reveló a la agencia una fuente del Gobierno brasileño. "Muchas automotrices van a absorber esos costos mayores porque están en un buen momento de ventas en Brasil", indicó José Augusto Amorim, analista de la consultora Polk de Detroit.
Al ritmo que llevan, las terminales radicadas en Brasil pueden agotar antes de diciembre el tope para sus importaciones combinadas de México en el primer año, según señalaron funcionarios de ambos países.
Las importaciones de automóviles dispararon el déficit comercial brasileño con México a un récord de u$s1.334 millones entre enero y julio del 2012. Según datos oficiales, Brasil compró autos mexicanos por u$s1.747 millones en los primeros siete meses del 2012, más que en todo el 2011.