La conocimos en abril, en Mendoza, donde tuvimos un primer contacto y finalmente tras finalizar la preventa se puso en venta la Ranger Raptor.
Como es costumbre antes de que llegue a los concesionarios paso por nuestras manos y en esta prueba te contamos las sensaciones de uno de los modelo que más expectativa generó en este 2019.
No descubrimos nada nuevo cuando decimos que es uno de los vehículos más vistosos del mercado. Esta Raptor se distingue de la Ranger tradicional por sus calcos, sus paragolpes específicos, la parrilla deportiva, sus llantas de 17” con caucho específico y estribo diferencial como lo más destacado.
Adentro también hay modificaciones: butacas súper ergonómicas, tablero de dos cuadrantes y computadora, costuras celeste y algunos detalles más deportivos, como el retazo rojo en el volante, que hacen la diferencia y le quedan muy bien.
Por precio se ubica en el pináculo de gama, aunque recorta algunos elementos respecto de la Ranger más equipada. En seguridad la dotación incluye seis airbags y control de cambio de carril como único representante del paquete ADAS que sí llevan las Limited, además de controles de tracción y estabilidad. A eso le suma control de carga adaptativo y antivuelco.
En cuanto al confort, climatizador bizona, sensor trasero de estacionamiento con cámara, control de velocidad crucero y limitador, espejo fotocromático y sensor de lluvia y de luces, como lo más destacado.
Con 3,22 entre ejes el espacio par las plazas traseras es correcto. La tercera plaza (central) hace las veces de apoyabrazos con lo cual su superficie es algo recta y rígida y quien viaje allí deberá vérselas con un túnel de transmisión bastante intrusivo.
Adelante las butacas (calefaccionadas y con regulaciones eléctricas) ofrecen una sujeción excepcional pero la posición de manejo no va a ser perfecta porque misteriosamente el volante sólo regula en altura.
La calidad percibida es buena, quizás un escalón por encima de la Ranger argentina (ésta es tailandesa) y tiene algunos detalles de terminaciones blandas que aportan a esa sensación.
En cuanto a la caja, sacrifica unos kilos de carga amén de la suspensión Fox que equipa, totalizando una capacidad máxima de 758 kilos. Mención especial para la “amortiguación” de la tapa de caja que hace que la maniobra sea mucho más amena y liviana, desde ya. No hay barra de San Antonio pero si bedliner.
Debut del Panther en nuestro mercado. Se trata de un cuatro cilindros biturbo con 213 CV y 500 Nm de torque. En cuanto a la potencia nominal es buena, pero se queda algo corto cuando lo exigimos.
El 0-100 lo completa en 10,8 segundos y el kilómetro en 33. La recuperación de 80-120, la hace en menos de 9. Los consumos son aceptables, con 9 y 10,5 circulando en ruta y un urbano de 12,5.
Mucho tiene que ver la caja de 10 velocidades (a veces dubitativa cuando la exigimos), que en condiciones normales siempre busca trepar en marchas para que el motor vaya descansado. Si queremos optar por un manejo secuencial, disponemos de levas de generoso tamaño y muy buena calidad detrás del volante.
Por tesitura su ámbito preferido no es un asfalto en buen estado. Para todo lo demás cuenta con los modos ya descriptos, que modifican la entrega de par, relaciones y los controles activos de seguridad para entregar el mejor grip posible.
En sus entrañas lleva una suspensión firmada por Fox que le garantiza un excepcional comportamiento dinámico y obviamente un plus off road. Y saltar, algo en lo que Ford hizo especial hincapié.
Huelga decir que su desempeño es excelso en caminos con barro, arena o demás condiciones y que no tiene problema alguno en atacar cualquier travesía. Hay que estar algo atentos al estribo que quita un poco de ángulo, pero con 32,5/24/24 no vas a tener mayores problemas.
En ruta va a sus anchas, muy bien plantada pero con neumáticos de tierra específicos (285/70) que son algo rumorosos y que pierden performance respecto de los “tradicionales” en cuanto a su poder de frenada: registró 48 metros en el 100-0, una cifra lejos de lo que marca el promedio.
En ciudad es súper correcta, con una dirección que se puede tornar algo pesada, pero en cunetas y bocacalles es mucho menos rebotera que la pick up mediana tradicional.
Sola en su especie. No tiene rival directo ni por precio ni por características. Podría considerarse la Amarok V6 o la flamante Hilux V6, pero no son competencia mano a mano.
+ Estética agresiva
+ Capacidad off road
+ Comportamiento general
– Precio elevado
– Regulación de volante
– Sin ADAS
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