Que el mundo SUV está en constante crecimiento no es noticia. Todos quieren colgarse el cartelito de “camioneta” y por eso este tipo de desarrollos está proliferando. Las marcas lo saben y por eso apuntan sus cañones al mundo de las 4×4 como sea: con todo terrenos, crossovers o bien vehículos con estética aventurera pero tren motriz tradicional.
Este es el caso del DS 3 Crossback sumándose a la familia de DS en el país, que sigue creciendo a nivel global y local. Manejamos durante varios días el DS 3 Crossback y estas son nuestras cifras y conclusiones.
Es inconfundible. Como buen DS, el look del DS3 Crossback llama la atención y hasta guarda ciertas reminiscencias con el 3 tradicional, especialmente en la zona del pilar B con esa aleta tipo tiburón tan característica. La zona trasera es muy personal y tiene un destacable trabajo de diseño.
Las llantas de 18 apuntalan una imágen que puede tirar más a lo deportivo que a lo off road, con un diseño bitono muy llamativo y neumáticos de uso citadino que merecen un especial reconocimiento por los ¡37! metros que se tomó para la prueba de frenado de 100-0. De lo mejor que pasó por nuestras manos.
Adentro, el DS3 Crossback hereda mucho del DS 7, sobre todo en la disposición de los comandos, que no son lo que llamaríamos ¡intuitivos!. La primera sensación respecto de la calidad es impecable y a puro lujo (suman mucho los tapizados de cuero claro opcionales). Lo que no nos gusta en la práctica son los comandos táctiles.
Este Crossback que manejamos es el corazón de gama So Chic, que creemos que va a ser el de mayor volumen de las variantes además de los Be Chic (entrada) y Grand Chic (tope).
El DS3 Crossback se apoya en la flamante plataforma CMP modular (de ahí la “M”) que lo estira 2,56 metros entre ejes y 17 en total para una habitabilidad correcta. Los tres pasajeros que logren entrar atrás dispondrán de cinturones inerciales y apoyacabezas en las tres plazas además de un baúl de aceptables 350 litros de capacidad de carga con una boca de carga elevada y un comando de apertura escondido en el paragolpes.
Adelante el conductor dispondrá de una muy buena butaca pero con regulaciones manuales. El volante lo hace en altura y profundidad con lo cual la posición de manejo podrá ser configurada al milímetro.
Mención especial para el tablero digital a todo color y de una definición impecable que es un aliado en el día a día con muchísima información. Complementa la muy buena pantalla central de 10,3”, con conexiones android auto y car play.
Para ubicarla en el límite del impuesto interno, la filial argentina la raleó ligeramente: chau carga inalámbrica y ADAS, aunque el resto de la nómina es muy buena, con seis airbags y controles de tracción y estabilidad como estandartes de seguridad. Por el lado del confort, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, navegador nativo, cámara de retroceso y faros full led.
En el debe, además de lo mencionado, anotamos el techo corredizo, el auxilio temporal que carga y sensores delanteros de estacionamiento para cuidar la trompa.
Bajo el capot la tarea corre por cuenta del 1.2 PureTech de tres cilindros que ya hemos manejado en otros modelos de la familia PSA. Desarrolla 155 CV que le sobran a un chasis liviano y robusto.
Tiene distribución a correa bañada en aceite que se reemplaza a los 175.000 km o 10 años, y está unido a una caja de ocho velocidades de correcto funcionamiento que solo puede ser algo dubitativa cuando la apuramos.
Eventualmente se puede optar por las levas situadas tras el volante para ir “tirando cambios”. Su performance es buena, con 10 segundos para el cero a cien y menos de 32 para el kilómetro.
También hay buenas noticias por el lado de los consumos, con promedios de 8,5 a 130 km/h y un urbano de 11 litros cada cien kilómetros recorridos. En conclusión, un motor que anda bien y pide poco a cambio, característica casi ineludible de los bloques modernos del Grupo y que celebramos.
Si estás buscando cómo se desempeña fuera del asfalto, malas noticias: las variantes térmicas de este modelo sólo cuentan con tracción delantera. El esquema trasero de suspensiones es con un eje rígido que sorprende con una configuración acertada: no es tan áspero como esperábamos pero para un modelo de esta jerarquía podríamos esperar un esquema independiente.
Su comportamiento dinámico es predecible, apoyándose con soltura en curvas y ofreciendo un ligero confort SUV. Su comprador sabe que será un auto cómodo con algunas licencias para exprimir los 155 CV del motor y ese definitivamente es un argumento de compra.
Si tu idea es salirte del camino lo único off road del vehículo es su despeje, que puede ayudar a salvaguardar los fierros y la carrocería de los elementos.
DS siempre ubica sus productos en el segmento premium, con lo cual sus rivales son los Audi Q2 y Mini Countryman, con motores de 150 y 136 CV, respectivamente. La marca apunta a quedarse con una parte de ese segmento a fuerza de un look diferencial y un combo de equipamiento y motorización eficiente.
Más adelante, se espera que de el batacazo con las variantes electrificadas, pero para eso habrá que esperar un tiempo y cómo se desarrolla el futuro inmediato de nuestro país.
+ Motorización eficiente
+ Diseño diferencial
+ Frenado
– Auxilio temporal
– Habitabilidad
– Precio elevado
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