MOTORES FLEX: BRASIL LE SACA EL JUGO A LA CAÑA

Muchas veces se ha escrito acerca del sistema Flex que utilizan los motores de los autos que se venden en Brasil, pero tal vez muchos se preguntan de qué se trata concretamente. Si bien no es algo nuevo (aquellos que peinan algunas canan recordarán la famosa alconafta cargada en algunas vacaciones en Brasil), aprovechamos la visita al salón de San Pablo de la semana pasada para recavar información y ponerla sobre el tapete.

Mientras el mundo entero busca alternativas al petróleo, como la electricidad y el hidrógeno, Brasil hace muchos años desarrolló una vía de escape a través del etanol derivado de la caña de azúcar. El lanzamiento de los vehículos Flex en Brasil, es decir, los vehículos que pueden andar tanto con nafta como con etanol, se produjo en el año 2003 y hoy 9 de cada 10 autos vendidos tienen motor Flex. Doce fábricas ofrecen cerca de 90 modelos Flex por el mismo precio que el de las versiones movidas sólo a nafta. En marzo de este año, Brasil alcanzó la cifra histórica de 10 millones de vehículos Flex vendidos en el país y es el único país en el mundo donde el consumo de un combustible alternativo supera al consumo de nafta.

¿QUE ES EL ETANOL?
Etanol es el nombre técnico usado en el mundo entero para llamar al alcohol etílico común. Al contrario del petróleo, el etanol es un combustible renovable y normalmente se produce a partir de plantas cultivadas, como puede ser la caña de azúcar en el caso de Brasil, aunque puede obtenerse de otros productos, como maíz, trigo, mandioca, etc.

Si bien en Brasil toda la nafta que se consume tiene un corte con etanol del 20 o 25 por ciento, dependiendo de las regulaciones gubernamentales de cada momento, el sistema Flex que adoptan los motores de los autos en Brasil permiten cargar indistintamente etanol puro o nafta. Es más, el uso de etanol no sólo trae aparejado mayores beneficios con el medioambiente sino también con el rendimiento del auto. Cuando el motor utiliza etanol aumentan en algunos caballos la potencia del motor.

No existe ningún riesgo de que el motor se “acostumbre” a trabajar sólo con etanol. Los motores Flex están concebidos para utilizar tanto el etanol como la nafta, indistintamente y en cualquier proporción.