Dice el refrán "más vale prevenir que curar". Eso es justamente lo que está haciendo BMW, que llamó a un recall voluntario a los propietarios de algunos modelos de su marca y también de la exclusiva Rolls Royce. BMW detectó que podría haber un problema de fuga en el sistema del servofreno que "podría provocar una pérdida de vacío y la consiguiente reducción de la ayuda de la asistencia de frenado".
Si bien no se ha detectado todavía ningún inconveniente ni se ha registrado ningún reclamo de cliente alguno respecto de esta posible falla, BMW pretende extremar el cuidado de sus clientes por tratarse de un elemento de seguridad . Concretamente, habría unos 198.000 vehículos afectados. Se trata de modelos V8 y V12 de la Serie 5, Serie 6, Serie 7 producidos entre 2002 y 2010 y del Rolls Royce Phantom fabricado entre 2003 y 2010.
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