El Gobierno concedió en diciembre una reducción temporal del Impuesto sobre Productos Industrializados (IPI) para la industria automotriz, cuando el país sintió el agravamiento de la crisis financiera global con una contracción de la demanda. Esa medida permitió que el mercado responda y no se desplomen las ventas. (Una medida que tiene una suerte de efecto a nivel local ya que mientras Brasil demande autos, la fábricas locales respiran y mantienen planes productivos).
Lula, en una entrevista que le dio a la agencia Reuters en la residencia presidencial, indicó que el Gobierno no ha tomado todavía una decisión sobre si extenderá la reducción impositiva, que vence a fines de este mes. Pero señaló que esto tendría sentido porque la medida ayudó al sector a capear la crisis económica.
"Mi posición es que necesitamos transformar eso en una política permanente", dijo Lula, agregando que la medida fue exitosa en ayudar al sector a capear la actual crisis económica.
En este sentido destacó que el Gobierno tomaría medidas adicionales para estimular la economía si fuera necesario, aunque no reveló detalles sobre cuáles serían.
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