LAS TERMINALES PIENSAN FRENAR LA PRODUCCIÓN

Las terminales nacionales ya empiezan a analizar poner un freno a la producción de autos debido al conflicto de comercio exterior que se mantiene con Brasil y por el cual no se pueden ingresar unidades de fabricación nacional en el vecino país.

Anoche había varados 4.500 vehículos argentinos en diferentes aduanas de Brasil y para este domingo se espera que ese número llegará a 7.000. Ante esta situación y a la espera de una resolución pronta, las terminales se deben ingeniar de maneras insólitas para almacenar donde puedan los vehículos fabricados de acuerdo a las previsiones previas al conflicto, según informa Clarín.

Según el artículo que publica hoy el diario Clarín, una automotriz francesa intentó la semana pasada alquilar un campo cercano a su fábrica para estacionar sus vehículos, pero al final no hubo acuerdo, porque el dueño les quiso cobrar a “precio soja”. Otra terminal está utilizando a los playones de una empresa logística de la que es dueña y una tercera compañía, radicada en el interior del país, ya llevó varios miles de sus unidades a playones ubicados en el Gran Buenos Aires.

“Nos llamaron varias veces de la casa matriz. No entienden nada. Hace dos meses tuvimos que comunicarles que teníamos problemas para importar autos de alta gama. Ahora no podemos exportar los que fabricamos nosotros”, cita el periódico a un gerente de una de las terminales líderes del país.

Hace 16 días la Aduana brasileña modificó la categoría aduanera de los vehículos importados de un grupo de países, incluida la Argentina. La emisión de la licencia de importación pasó de ser automática a “no automática”, con lo cual el despacho por aduana de esos vehículos pasó de ser un simple trámite de rutina que duraba entre 48 y 96 horas a demorar hasta 60 días.

A fines de la semana pasada el gobierno brasileño se comprometió a darle a los vehículos argentinos una “vía rápida” de 10 días, en vez de 60 como demora licencia no automática, pero sus pares en Argentina reclamaron llegar a un plazo máximo de cuatro días, cosa que todavía no sucedió. Y no parece para nada dispuesto a dar un paso atrás con las licencias no automáticas.