ESTANCIA LA NIÑA PAULA POR LAS ALTAS CUMBRES

Casi casi podríamos decir que proponemos este destino sólo para recorrer el camino de las altas cumbres, en Córdoba, ese que va desde Villa Carlos Paz hasta Mina Clavero y que atraviesa la Quebrada de los Cóndores. Pero decir eso sería pecar de injustos con la Estancia Niña Paula. 

El nombre de este lugar tiene su origen por 1860 y hacía referencia a “la niña Paula” de la familia Cáceres Olmedo, llamada así por su eterna soltería. Ella fue quien se animó a abrir una hostería de montaña. Los años pasaron y el establecimiento cerró sus puertas y fue abandonado. Pero sus actuales dueños retomaron su idea y reabrieron la estancia-hostería.

 Los alrededores deslumbran. Un arroyito de 15 kilómetros atraviesa el campo y el cerro La Esperanza lo protege. El casco es una antigua casona de estilo colonial con paredes de adobe y extensas galerías. Está enclavado en un parque de añejos cipreses y molles que invitan a disfrutar de su sombra en los días en los que el sol pica. De todos modos en este lugar reina un microclima especial, factores como su altura (a 1400 msnm), la proximidad de las sierras y el valle en dónde está ubicada la estancia provocan un bajo porcentaje de humedad y una amplitud térmica importante. Una alternativa para descansar y disfrutar en un predio de 200 hectáreas saliendo a caminar entre cerros, quebradas, arroyos y haciendo avistaje de flora y fauna autóctona.

Niña Paula tiene 6 habitaciones bien calefaccionadas con antiguas salamandras que junto con las gruesas paredes de adobe no dejan entrar el frio de las noches serranas, de manera tal que el descanso placentero está más que asegurado.  Por la mañana las alfombritas de piel de cordero dan los buenos días a los pies descansados.

En la casona hay una encantadora galería de estilo colonial, que mira al patio interno, un sitio ideal para disfrutar de los atardeceres con un libro o para el encuentro de tertulias con los demás amigos que están por la casa. Los anfitriones aseguran que en la estancia no hay pasajeros, huéspedes ni clientes sino “amigos de la casa”.

Aventuras en las sierras
Para refrescarse en verano o contemplar en invierno hay una pileta natural con playa de arena. A quienes les guste caminar pueden recorrer los 2500 metros de arroyito con distintos tipos de ollas para lanzarse en los días calidos: La Traicionera está a 10 minutos de caminata, la Cuchilla a 20 minutos y el Remanso Escondido a 30. Todo este recorrido está dentro del establecimiento.

Si la idea es conocer el Valle de Traslasierra en la estancia brindan un circuito programado día por día para tal efecto. También se pueden organizar actividades como la pesca de truchas, caminatas, cabalgatas, excursiones en 4×4 y hasta vuelos de bautismo en parapente desde el propio cerro del establecimiento.