Y EL GALVEZ FUE UNA FIESTA DE KAWASAKI

Fue día inolvidable para los amantes de las motocicletas, el motivo de la convocatoria no era menor: el representante de la marca japonesa (Juki SACIFIA S.A.) celebró los 30 años de presencia ininterrumpida en el país y preparó, además del encuentro con los modelos del ayer -aquellas motos que marcaron una época, sobre todo en los ´80- y el estreno de las novedades, el recuerdo con amigos de años y la presencia de los pilotos locales más representativos. Tres décadas de presencia efectiva en Argentina no es poco…

El Autódromo de la Ciudad de Buenos Aires se vistió de domingo en la mitad de semana, a pesar del frío y un sol tibio y temeroso muchos invitados se dieron cita desde temprano: concesionarios oficiales, todo el staff de la empresa, directivos encabezados por Arturo Scalise (presidente), José María Maggiani (gerente general), José María Ríos (gerente comercial), Leandro Guembe (sub-gerente comercial) y Alejandro Rabe (gerente de marketing), periodistas y mecánicos, tuvieron a disposición y en la misma pista de carreras las últimas novedades que incorporó Kawasaki en el portfolio local.

Pero no fue todo, los pilotos que llevaron los colores de la casa firmaron cascos y revivieron anécdotas y salieron a despuntar el vicio con las unidades que supieron correr en otros años. Y hubo más: se dispuso de un sector para la exhibición de los modelos de competición y como extra –en el sector posterior del llamado “curvón del fondo” del escenario porteño- los fanáticos de las motos “fuoripista” (Enduro y Cross) desarrollaron sus tests en un ámbito especialmente acondicionado. Como se ve, nadie se privó de nada.

La motos que estuvieron a disposición de la excitada concurrencia fueron: entre los modelos de pista, ZX6R, ZX10R, Z1000, Ninja 650 R, Ninja 250, Ninja 250 y KLR 650, y, dentro de la categoría Off Road los modelos KLX 250S, KLX 450R, KFX 450R y MULE 3010.

En definitiva, un mix atractivo donde, como definió el importador local, el aniversario fue la excusa ideal para reencontrarse, compartir recuerdos y no dejar la adrenalina afuera.

EN PRIMERA PERSONA
Por Martín Peña (especial para TiempoMotor.com)

Kawasaki cumplió 30 años en la Argentina, será mucho, poco, en nuestro país son siglos, pensando sólo en las cosas que pasaron en estos últimos 30 años, y cómo el mercado de las motos osciló entre una importación frenética y el silencio de radio más absoluto.

Era muy temprano en la mañana cuando nos acercamos al autodromo de la ciudad de Buenos Aires, el motivo, ni mas ni menos que probar la nueva línea Kawasaki 2009 en donde más nos gusta, ahí estaban como agazapadas: la ZX6R, ZX10R, Z1000, Ninja 650 R, Ninja 250, Ninja 250 y KLR 650 sobre el asfalto todavía frío; y en el segundo sector asignados espiaba las KLX 250S, KLX 450R, KFX 450R y MULE 3010 en una pista de cross como para calentar los huesos.

Un desayuno de cortesía, medialunas, café, jugo de naranja, todo muy lindo, pero ¿Cuándo probamos? En medio de la charla se escuchaban los primeros sonidos de escapes a temperatura y estábamos todos con proa a la puerta de ingreso. La ansiedad nos mataba.

Exactamente a las once horas fue el momento para inaugurar la pista y el acto se celebró con dos motos históricas de carrera, de ésas que tantas veces vimos desde la tribuna: ahí estaban sentados en primera fila René Zanata y Benedicto “Chiche” Caldarella. Chapeaux.

Mientras los veíamos (y escuchábamos) pasar exhalando recuerdos y desempolvando rebajes, nos dimos una vuelta por el verdadero museo montado por Kawasaki para la ocasión: allí nos reencontramos con nombre mágicos como Bimota, ese prototipo de Kawa del año ´79, o la KR 350… y la más linda de todas, la Kawasaki 110 GTO, y digo la mas linda, porque ahí estaba, mi primera moto, hasta tuvieron el detalle de presentarla en el mismo color, roja. Para quien lleva años de montar distintos modelos y potencias darse de golpe con la “primera novia” es un momento muy especial. Esa moto aún hoy me sigue conquistando. Pero bueno, saquémonos los recuerdos de juventud, y vamos a probar lo que vinimos a conocer: la nueva Kawasaki K1000.

Mi fanatismo por las Naked es ya indisimulable, con el verde característico de Kawa, nos esperaba al costado de la pista, entre medio de un mar de gente que tratábamos de disimular lo indisimulable. Gracias a la perfecta organización, éramos llamados por turnos, teniendo tiempo para todo, la charla, el armado de las notas, las fotos, vos podes creer que no me acuerdo si había promotoras.

Las salidas eran en grupo, sobre un circuito de unos 600 metros con varias curvas y una recta que no tendría más de 130 metros, pero que permitía llegar a las 14.000 vueltas, estirar la tercera velocidad para bajar de inmediato a primera, escuchando zapatear la rueda trasera para encarar la curva a la izquierda de más de 90 grados de radio.

Sensaciones, muchas, sobre todo al disfrutar de un modelo con la última tecnología. Pero más que nada la alegría de ver a una empresa argentina que sigue apostando a pesar del mal momento que atraviesa la industria, la confianza de entregar semejante máquinas a fanáticos y la excitación propia del momento: no todos los días uno puede manejar una supermoto en el Gálvez.

La formalidad, también estuvo presentación, discursos, placas conmemorativas, fotos con todos los pilotos que corrieron para la marca y los actuales; algunas motos de Supermotard, la categoría más joven haciendo lo que mejor saben, colgar y derrapar. Felicitaciones Kawa. Brindemos por 30 años más. Donde seguramente nos encontraremos a probar como el último viernes ahora si los modelos 2039 de la marca.