La automotriz Saab solicitó la suspensión de pagos, después que su matriz, General Motors, informara que cortaría los lazos con la sueca, según acordó la gerencia de la empresa en Trollhaettan.
La compañía solicitó el concurso de acreedores en un tribunal de distrito sueco a fin de separarse de GM y devolver recursos a Suecia, señaló el jefe ejecutivo de Saab, Jan Aake Jonsson, en un comunicado. La reorganización, que se espera tome tres meses, colocará a Saab bajo la supervisión del tribunal, con el objetivo de crear una sociedad mercantil “enteramente independiente”.
Se barajan posibilidades para el grupo Saab, que tiene 4.000 empleados en Suecia y pertenece a General Motors, una de las más golpeadas por la crisis. Una de ellas -para salvar la empresa-, según medios locales citados por la agencia DPA, es que se una con Opel, también en manos de GM.
El futuro de la firma con sede en Trollhaettan se puso en duda cuando GM, el 18 de febrero, indicó que quiere separarse de la filial para el 2010 o solicitar la suspensión de pagos de Saab si esta no consigue respaldo económico del Gobierno sueco.
El Gobierno descartó nacionalizar Saab, diciendo que no se debe inyectar dinero de los contribuyentes en una compañía que no ha tenido beneficios en 19 de los 20 últimos años. Más aún, la ministra sueca de Economía, Maud Olofsson, señaló que la reordenación era la solución más probable y mejor.
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