EL TAMAÑO… ¿IMPORTA?

La apuesta era tan tentadora como desigual: exponer a un poderoso Audi Q7 a un choque frontal con el archimediático Fiat 500. ¿Desparejo?, ¿traído de los cabellos?, puede ser, pero literalmente posible en cualquier (fatídica) ruta. Lo cierto es que el video ha despertado gran revuelo en Europa y por eso lo traemos a Tiempo Motor.

Es claro que, más allá del resultado desfavorecedor para el producto italiano (las lesiones “sufridas” por los dummies indican riesgo de muerte), esto no indica que se trate de un auto inseguro ni mucho menos: la tecnología tiene también sus límites y está bien concientizar al público que un arsenal de chips, ayudas y airbags no garantizan impunidad total. Siempre se está expuesto, aún en los vehículos más seguros. Las leyes naturales tienen sus límites y éstos son insobornables.

El punto clave en esta prueba es la diferencia de masa, por eso los 2.200 kilos del Audi Q7 lanzados a 56 km/h hacen estragos en el pequeño “Cinquecento” y ni siquiera logran detener totalmente la inercia del tanque alemán, que tiende a seguir el sentido de marcha. El Fiat, en cambio, sale despedido en sentido opuesto y sus ocupantes reciben fuerzas G (gravitatorias) mucho más severas.

La diferencia de porte, el Q7 -mide casi dos metros de ancho contra apenas 1,63 m del 500-, hace que tampoco puedan enfrentarse literalmente para impactar en sus respectivas “mitades” longitudinales: el lateral del Audi apunta justo al medio del Fiat y por lo tanto, el alemán dispone de menos superficie para absorber energía.
 
Pero por otra parte, le permite ser “atacado” casi lateralmente al momento de la colisión. Los informes indican que el auto más pequeño golpea prácticamente contra la rueda del Q7 y queda expuesto a los daños que pudiera infringirle el larguero del lado del conductor del deportivo utilitario.