Ford celebra los primeros diez años de la utilización de la soja para la fabricación de la espuma utilizada en los asientos de sus vehículos producidos en Estados Unidos, su país de origen.
Todo comenzó en el año 2000, cuando la marca se comprometió a investigar y probar alternativas renovables para la producción de asientos, lo cual se concretó en 2007 con el uso de espuma de soja en reemplazo de la espuma convencional, producida a partir del petróleo.
Luego, a partir del año 2011, la marca comenzó a producir todos sus modelos en Estados Unidos con dicho material, el cual está presente tanto en los cojines como en los respaldos y los apoyacabezas.
De esta forma, Ford posee una solución para cuidar el medio ambiente, sin reducir la durabilidad ni el rendimiento. Está presente en unos 18,5 millones de vehículos y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, la dependencia del petróleo y hasta puede mejorar el consumo de combustible (por el menor peso).
Según un estudio de la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la espuma de soja evitó que la atmósfera fuera contaminada con más de 103 kilogramos de CO2, cantidad que representa lo consumido por cuatro millones de árboles en un año.
La investigación de la marca con nuevos materiales no termina acá, ya que ha experimentado con trigo, cáscaras de arroz, fibras de celulosa de árboles cultivados de forma sustentable y fibras de coco y otros 20 materiales como el tomate.
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