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ASI SE VIVE EL DAKAR

DAKAR 2010

Podría decirse que correr el Dakar es mucho más que una carrera. Podría decirse que son tres carreras en una. La primera es poder llegar a la línea de largada (seguramente esto lo sufrió como ningún otro el argentino Javier Pizzolito, quien vio prenderse fuego su moto cuando salía hacía la rampa de largada). La segunda carrera depende exclusivamente de lo que haga el piloto al volante en cada uno de los especiales cronometrados. Y la tercera es la de la logística. Porque toda la actividad que se desarrolla en cada uno de los parques cerrados o bivouac, como los denomina la organización, es vital para continuar con aspiraciones de completar la vuelta.

TM viajó invitado por BFGoodrich, uno de los sponsors internacionales que tiene el Dakar Argentina-Chile 2010, para vivir desde adentro este tan maravilloso como increíble “continental circus”. Vivimos la primera etapa que arrancó en la localidad de Colón, provincia de Buenos Aires, y culminó en Córdoba. Presenciamos el paso de los vehículos en el tramo Santa Rosa de Calamuchita, en uno de los sectores donde las empresas patrocinantes montan estructuras para llevar invitados y público y a la tarde/noche ingresamos al bivouac montado frente al estadio mundialista Chateau.

Ver el paso del Dakar desde una de las tribunas montadas especialmente es muy similar a lo que podíamos ver año tras año en el rally mundial. Sin embargo, aquí encontramos un condimento que justifica estar ocho horas viendo pasar los autos: la expectativa se renueva a cada momento con las distintas categorías. Si en el rally sólo un puñado de autos generan la mayor expectativa (los equipos oficiales), en el Dakar uno está pendiente de los autos de punta, los argentinos, las motos, los cuatriciclos y, finalmente, los camiones. Curiosamente, estos gigantes son los que mayor emoción, aplausos y gritos generan entre el público. Y no es para menor. Es realmente un espectáculo aparte verlos pasar a la misma velocidad que los autos por lugares inimaginables.

Campamento base
Tener la posibilidad de recorrer la estructura que se monta en cada una de las ciudades por donde pasa el Dakar es la única manera de poder comprender cabalmente la complejísima organización que demanda un evento de estas características. Sin duda, la experiencia de la edición pasada en Sudamérica (la primera) sirvió muchísimo para pulir ciertos detalles. Y eso está a la vista.

La empresa que está a cargo de la organización (ASO) pone a disposición de este evento mil personas. Sin embargo, para esta firma el Dakar no es el evento deportivo más importante o que mayor gente mueve. Ocupa el segundo lugar en cuanto a despliegue y el Tour de Francia está a la cabeza.

Cada localidad donde termina y empieza una nueva etapa recibe el impresionante movimiento del circo del Dakar. Para tener una idea más cabal de lo que esto significa: en cada campamento comen por día unas 2.500 personas, que demandan 1.500 kilos de comida para los dos platos diarios y unas 12.000 botellas de agua. El 80% de estos víveres son provistos en cada localidad.

La actividad en cada bivouac es constante, porque a partir de las 3 ó 4 de la tarde (según la extensión del tramo del día) empiezan a llegar los competidores. A partir de ahí hasta las largadas de las diferentes categorías al día siguiente la actividad es incesante para algunos equipos. Los últimos en llegar son los camiones (la última categoría en largar cada etapa), más los rezagados que hayan tenido problemas. Una vez allí, empiezan las revisiones y reparaciones necesarias para empezar otra vez al día siguiente. Los pilotos de elite prefieren dormir en la comodidad de un hotel, fuera del bivouac, pero los amateurs, con sus mecánicos, lo hacen en las pequeñas carpas unipersonales que la empresa francesa que las fabrica llama “2 segundos” (porque literalmente se arman en ese tiempo).

Cada campamento tiene una estructura sanitaria que incluye un hospital íntegro, con dos cirujanos, anestesistas y demás equipos necesarios como para practicar una intervención quirúrgica. Además, hay dos helicópteros sanitarios, 10 vehículos 4×4 y 2 camiones a disposición sólo para cubrir situaciones de emergencia.

En cada bicouac hay cuatro grandes sectores. Por un lado, el parque de asistencia de los competidores; por otro, el sector don de comen pilotos y equipos y donde se hacen las reuniones con el brieffing del día siguiente y se dan los partes de cada etapa; por otro lado, el head quarter de la organización y, finalmente, el área de prensa y generación de imágenes.

“En todos los aspectos hemos mejorado muchísimo gracias a la experiencia del año pasado. Por ejemplo, ahora los periodistas están mucho más cómodos, tienen mejor accesibilidad…” nos cuenta una francés de la organización. Las imágenes que podemos ver todos los días en los programas de TV que compraron los derechos son generadas por la misma ASO. Hay 3 helicópteros, 3 vehículos 4×4 y 220 personas están dedicados exclusivamente a la generación de imágenes. En un camión equipado como si fuera un mini canal de televisión ambulante trabajan 18 personas para la edición de las películas de 20 minutos de cada etapa que se van a vender a 190 países de todo el mundo. En lo que tiene que ver con la prensa, para esta Dakar 2010 se acreditaron 800 periodistas de todo el globo. Muchos de ellos son transportados de campamento en campamento en dos aviones Hércules de la Fuera Aérea Argentina, junto con personal de la organización.

El head quarter es el comando central de la organización. Un área que se delimita ciendo una cuadrado con cuatro camiones y sus acoplados. Allí sólo entra el managment de la organización y es donde se toman todas las decisiones que tienen que ver con la carrera: si hay que asistir a un piloto, si hay que penalizar a alguien, si hay que demorar una largada, etc, etc, etc.

Cada vehículo lleva colocado un sistema llamado Iritrack que emite señales satelitales cada cinco minutos. Mediante este dispositivo la organización puede saber si algún auto se quedó en el camino o si hubo algún accidente, porque el Iritrack también tiene sensores de vuelco. La información viaja hasta París, donde está la central, y desde allá se avisa al campamento si existe alguna emergencia con algún vehículo. Toda esta ida y vuelta no demanda más de unos segundos. Además de este dispositivo, los autos llevan colocados un mecanismo llamado centinel que se activa a 500 metros a la redonda y sirve para avisar a otro competidor que hay un vehículo muy cerca.

Si todo esto parece imposible de coordinar, seguramente se va a sorprender cuando se entere que toda esta estructura es doble, porque la única forma de poder estar en cada una de las cabeceras del Dakar es hacerlo en forma de escalera con una estructura doble. Sí. Todo lo que leyó, multiplíquelo por dos.

Esto es el Dakar.
 

Lucas

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