(Joaquim Oliveira El Mundo Motor, España)
Walter De Silva explica una de sus últimas creaciones: la sexta generación del Volkswagen Golf. Según el director de Diseño del grupo alemán este compacto introduce una nueva cara que utilizaremos en los futuros modelos de Volkswagen.
El italiano Walter De Silva ha adquirido el reconocimiento mundial de “genio de diseño del automóvil”, con más de dos décadas de modelos apasionantes en Alfa Romeo, Seat y, más recientemente, en Audi, para la que hizo, entre otros, el A5 y la nueva generación del TT.
El reto al que se enfrentó a la hora de asumir la dirección del centro de diseño del Grupo Volkswagen era enorme, porque, en primer lugar, tenía que renovar un icono como era el modelo Golf y además, como reconoció Klaus Bischoff, su mano derecha, “la empresa quería cortar con lo que había hecho el anterior equipo”.
Hasta su llegada, el estilo de Volkswagen estaba liderado por Murat Gunak, el diseñador turco que había conocido momentos de gloria trabajando para Mercedes- Benz y Peugeot. Pero su choque con De Silva, cuando éste asumió la coordinación del diseño de todas las marcas del consorcio alemán, fue inmediato, por lo que decidió marcharse, dejando tras él una obra no muy apreciada por los nuevos diseñadores de la casa, como el poco inspirado Golf Variant o el continuista Passat CC.
– ¿Qué ha sido más difícil dibujar, el Audi TT o el Volkswagen Golf VI?
– El Golf es toda una referencia universal del diseño. Es un sinónimo de automóvil. No es fácil definir las líneas de algo sencillo, pero aún es más delicado hacerlo cuando se trata de un objeto que es reconocido por todos y que debe ser inmediatamente identificado como lo que es: un símbolo. Pienso que hemos tenido éxito en el diseño del nuevo Audi TT, pero confieso que, aunque a los ojos del público pueda parecer que apenas cambia respecto de la anterior generación, el nuevo Golf ha sido bastante más complicado de esculpir. A todos nos gusta el iPod, porque lo entendemos, porque es simple. Con el nuevo Golf, hemos tenido que utilizar una formula similar.
– ¿Cuáles han sido sus puntos más complicados?
– La delantera, porque introduce una nueva cara que utilizaremos en los futuros modelos de Volkswagen. De hecho, cronológicamente, el concepto se ha estrenado en el Scirocco, al que inicialmente habíamos puesto otra cara, que finalmente cambiamos, para que quedara conectado a este Golf. Recuperamos la transversalidad de la parrilla original que diseñó Giugiaro para el primer Golf de 1974, y la hemos envuelto en las líneas redondas que tomamos de la cuarta generación. Luego cuidamos mucho las proporciones y el pilar C (el posterior), que desde los ‘90 confiere al Golf una robustez real y visual única. En la trasera, los faros más anchos y bajos hacen que el Golf parezca más bajo, más conectado a la carretera.
– ¿Qué otras prioridades tuvo mientras dibujaba el nuevo coche?
– Ha sido muy importante asegurar que el diseño no perjudicara la funcionalidad. Por ejemplo, hemos creado una luna trasera especialmente ancha para facilitar la visibilidad. Y, claro, tenemos la gran ayuda de una persona que trabaja por aquí, que está obsesionada con la calidad, que se llama Martin Winterkorn y que es el presidente del Grupo VW…
– Sorprende que se encuentren pocos puntos de contacto, desde el punto de vista del diseño, entre el nuevo Golf y el prototipo Up, que se supone que es el Volkswagen del futuro.
– Lo que une el Up y al Golf es la enorme simplicidad de sus líneas. Pero también encontramos en los dos nuestra nueva parrilla horizontal, más ancha, y lo que cambia son las formas de las grupos ópticos delanteros.
WALTER DA SILVA,
UNA CARRERA SIGNADA
POR EL EXITO
Walter María De Silva nació el 27 de febrero de 1951 en Brasil y, si bien estudió arquitectura su pasión por los autos derrotó a las columnas y vigas. Con 21 años ingresó en el Centro de Estilo de Fiat y, en 1975 (tres años después) firma para el Studio R. Bonetto, donde tuvo la responsabilidad de dar formas a los interiores del Fiat 131 Mirafiori, Ritmo Super, Ducato y Uno.
Hacia 1986 se traslada a otra marca de fuerte acerbo italiano y que sería determinante en su historia personal: Alfa Romeo lo recibe con los brazos abiertos. De Silva se encargó de diseñar autos que llevaron a relanzar la casa de Milán hasta su venturoso presente. Autos como el 156 y el 147 trascienden la historia y determinan nuevos patrones que son, además consecuentes con la esencia de la marca (“el buen diseño nace de la necesidad, después se le puede añadir poesía”).
El 1 de enero de 1999, después de 13 años de fecunda tarea, deja las huestes de Alfa Romeo para ponerse la camisa de la española SEAT, perteneciente al Grupo Volkswagen. Su trabajo en SEAT fue desarrollar una nueva imagen para la marca. Sus dos prototipos presentados en 2000 y 2001, los Salsa y Tango, exhibieron rasgos que luego tomaron los modelos de producción en los años siguientes. Sus creaciones son los Altea, Altea XL, Altea Freetrack, Toledo, León, Ibiza y Córdoba.
En 2002 pasó a ser también jefe de diseño de la teutona donde modernizó la línea a partir del nuevo frontal que le imprimió nuevos aires a los modelos Audi TT, Audi Q7, Audi A6 y Audi A5.
En octubre de 2005 asumió la responsabilidad de la dirección del centro de diseño de Lamborghini, al pasar Luc Donckerwolke a SEAT.
Desde 2006 es jefe de diseño de Volkswagen, donde está encargado de diseños como la sexta generación del Volkswagen Golf y la tercera generación del Volkswagen Scirocco.