Prácticamente no hay niño que no esté fanatizado con “Cars” y que no demande hasta el hartazgo que le compren la remerita, la mochila, las medias y hasta el calzoncillo del Rayo Moqueen. Y eso que la parte uno fue estrenada en 2006. Pero ayer se estrenó en la Argentina la parte dos que seguramente será un éxito y posiblemente se convierta en una de las pelis más taquilleras del año.
A pesar de que siempre se dijo que las segundas partes nunca fueron buenas, todo parece indicar que éste no va a ser el caso, o al menos a nadie le va importar a la hora de comprar las entradas y hacer felices a sus hijos al menos por unas horas. Walt Disney Pictures y Pixar Animation Studios cuidaron al máximo todos los detalles en la continuación de las aventuras de su piloto estrella, el Rayo McQueen y su mejor amigo, el camión-grúa Mate. En esta ocasión la historia se desarrollará por los parajes más exóticos del planeta.
A ellos dos se une el equipo del pit de Radiator Springs que acompaña a Lightning durante sus competiciones en el Gran Premio Mundial, una aventura nada fácil ya que Mate se ve involucrado, por error, en una red de espionaje internacional. Así surge una doble situación, por un lado ayudar a Rayo McQueen ignorando la misión secreta que encabeza el espía británico Finn McMissile y la novata Holley Shiftwell.
En definitiva, un lío bárbaro lleno de enriedos que parecen esta vez más pensados para los grandes, aunque a los niños poco les importará el argumento de una película donde todos los personajes son artefactos móviles humanizados. El resultado es un viaje en el que la acción es la máxima protagonista por las ciudades de Japón, Italia, Francia e Inglaterra con una amplia variedad de autos, barcos, trenes y aviones capitaneados por villanos malísimos y pilotos rivales a nivel internacional, todo con un máximo nivel de realismo.
El elenco de personajes animados está protagonizado por Rayo McQueen, que con el número 95 dejó atrás sus tiempos de novato para competir 
como una auténtica estrella, capaz de entregar toda su experiencia en el Gran Premio Mundial, tras la inscripción realizada por su gran amigo Mate, que además de ser el propietario del Servicio de Rescate y Grúa Mate, se destaca por ser un magnífico narrador de historias y tener un carácter alegre, sincero y leal. Sally es un Porsche 911 Carrera de color azul celeste cuyo corazón está ocupado por su amor a Rayo.
Les recomendamos que no se la pierdan. Sus hijos no se lo van a perdonar. Por lo pronto, en la redacción de Tiempomotor no somos padres aún pero de todas formas estamos saliendo a comprar nuestra entrada, ya que entre tantas noticias de lanzamientos, industria y mercado, de alguna forma tenemos que alimentar el “niño” que todos llevamos dentro.