La alianza formada por el fabricante automovilístico francés Renault y el japonés Nissan presentó su candidatura a la licitación para la venta de Ssangyong, la marca surcoreana que en Argentina fue medianamente popular en la década del 90 con la venta de algunos modelos de SUV (la Musso fue la más conocida).
Una vocera de Renault explicó que el grupo formalizó una carta de intención en respuesta al concurso lanzado por la marca surcoreana.
A fines de mayo, el grupo surcoreano había indicado que siete empresas eran candidatas a la compra, aunque no había dicho cuáles. Ssangyong quedó bajo administración judicial en enero después de aprobarse un plan de reestructuración que debía proporcionar al fabricante de automóviles la posibilidad de estabilizar las operaciones y reorganizar su deuda.
Ese plan de salvataje contemplaba una reducción de la participación de su principal accionista, SAIC, del 51% al 11,2%, así como la conversión de una parte de su deuda en títulos de la compañía
El objetivo de Renault-Nissan sería formar una unidad de negocio más fuerte y amplia uniéndose a Renault-Samsung. La razón de ser de la compra sería molestar al todopoderoso conglomerado Hyundai-Kia, líder absoluto de su mercado local.
Pero no es el único interesado. El fabricante indio Mahindra está buscando expandir su negocio en el rubro automotor. Con unos ingresos anuales de u$s10.000 millones y negocios diversificados en resorts turísticos, en 2008 perdió la batalla frente a Tata por el control de Land Rover y Jaguar.
Ahora son diez las empresas coreanas que pretender comprar Ssangyong. Ante tan inusitado interés, la cotización de la marca viene gozando de buena salud en la bolsa.