De los modernos, pocos autos deben ser tan icónicos como el Vento. El sedán mediano de Volkswagen supo hacerse un lugar y reemplazar sin despeinarse al Bora, con quien supo convivir unos años.
Ahora, con una nueva generación en la calle, el tricuerpo quiere seguir siendo la referencia, pero no así el más vendido, a base de un nuevo look, y equipamiento, aunque dejando de lado un poco de esa veta deportiva que tanto caracterizó a las anteriores ediciones.
Nuevo diseño
Es todo más grande: 4,5 centímetros más largo, 2,2 más ancho y 3,8 más espacioso entre ejes. Esto se traduce principalmente en un auto con mayor presencia y esos casi cuatro centímetros en una habitabilidad mejorada, una característica que nunca viene mal en un sedán.
En términos estilísticos se despega del anterior Vento que estaba algo desactualizado: ahora es mucho más filoso y se acerca, casi peligrosamente, a sus familiares.
Esto, conceptualmente es acertado, aunque el parecido con Virtus y Passat pueda llegar a requerir otra mirada para determinar el modelo, específicamente con el brasileño.
Las llantas, de 17 pulgadas, son de un diseño muy agresivo, y es quizás la zona del baúl la que no terminó de convencer. Ah y ya que estamos por allí, los 510 litros del baúl son aceptables para un sedán de este segmento.
Equipamiento
Por el lado del equipamiento, esta variante Highline es la tope de gama y está correctamente nutrida. Por el lado de la seguridad encontramos seis airbags, controles de tracción y estabilidad como lo más destacado mientras que por el confort climatizador bizona, espejos calefaccionados (pero no rebatibles eléctricamente), techo solar corredizo, cámara de marcha atrás y sensores adelante y atrás, butacas climatizadas, control de crucero, computadora de a bordo, e iluminación interior customizable.
Un paquete correcto, pero que podría ser engrosado con la incorporación de alguno de los ADAS que ya se están viendo en otros modelos y segmentos.
Puertas adentro
Decíamos que el “estiramiento” de la carrocería repercutió en un sector trasero más habitable y a eso se le sumas tres apoyacabezas y tres cinturones inerciales que garantizan que los viajantes lo hagan de manera segura.
Las butacas delanteras (todas tapizadas en cuero) son cómodas y la del conductor cuenta con reglajes eléctricos. Eso se complementa con un volante de doble regulación que permite una postura cómoda.
Pero definitivamente uno de los puntos altos del modelo es la implementación del Active Info Display, un tablero dígital configurable de 10” que derrocha iluminación, información y la posibilidad de configurar diferentes cuadrantes.
A eso se le suma el discover media de 8” que es un gran sistema multimedia con buena respuesta táctil e interfaz muy completa.
Como buen hijo de la industria mexicana el Vento goza de una presentación impecable que se ve respaldada por el buen uso de materiales blandos usados en su fabricación. Definitivamente uno de los puntos altos del modelo.
El 1.4
Bajo el capot hay un nuevo motor, por lo menos para la familia Vento.
Se trata del TSI de inyección directa, sobrealimentado de 150 CV que equipa al Golf (su hermano hatch) acoplado a una caja Tiptronic de seis velocidades que cumple con su labor correctamente aunque nos hubiera gustado contar con levas al volante.
Con los 150 CV firma el cero a cien en 9,2 segundos y recorre el kilómetro en 30,1. La recuperación, de 80 a 120, la realiza en casi 7.
El dato de color es que suma varios modos de manejo que le permiten adaptar los parámetros a la conducción: Eco, Sport, Individual y Normal permiten aprovechar las bondades o la eficiencia del motor y la dirección, a gusto.
Los consumos son buenos, con promedios de 5,5 y 6,7 a 100 y a 130 km/h y un urbano de apenas 10 que habla a las claras de que el maridaje TSI+Tiptronic es súper eficiente.
Gran elección de motor, que hace poco recibió la incorporación del GLI (230 CV) a la gama para complementar la oferta con un modelo más deportivo.
Paso atrás
El modelo mexicano es ciclotímico en lo que respecta a dinamismo. Supo traer suspensión independiente pero esta última generación lleva en sus entrañas barra de torsión. Si bien todo depende de la calibración, el peso en la ficha técnica, por lo menos para nosotros, es sustancial.
Con esta calibración el Vento es un auto correcto, con un rolido aceptable en curvas de mediana intensidad y un aplomo lógico para un sedán del segmento C.
En ciudad se comporta adecuadamente y es quizás apenas más áspero que un vehículo fabricado en Brasil o Argentina. Siempre con la lupa y afinando el ojo ya que su comportamiento general es neutro y prácticamente quedará en segundo plano.
Por el lado de los frenos, mejorables 41 metros para el 100-0.
Gama
El Vento Highline se mueve en el interesante segmento de sedanes medianos, nutrido y lleno de variedad, origenes y modelos de larga data. Su gama aún es incipiente ya que está conformada apenas por dos variantes con este motor y la flamante GLI (leer aquí).
En el campo de batalla se las ve con las variantes automáticas de los Toyota Corolla (140 CV), Chevrolet Cruze (153 CV), Ford Focus (170 CV), Peugeot 408 (165 CV), Citroën C4 Lounge (165 CV), Nissan Sentra (131 CV), Kia Cerato (152) y Honda Civic (173 CV).
+ Consumos
+ Terminación
+ Habitabilidad
– Gama reducida/– Distancia de frenado/ – Equipo de seguridad básico