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Prueba Volkswagen T-Cross Highline

El segmento B de camionetas (SUV/Crossover) es uno de los más activos y populosos del mercado y nadie se quiere quedar afuera. Volkswagen siempre miró desde afuera y sorprendentemente más tarde que temprano presentó el T-Cross, que ya se comercializa en tres versiones con un solo motor y caja manual de cinco velocidades o automática de seis. Nosotros nos subimos durante varios días a la versión más equipada disponible.

Estética

Se destaca en el tránsito. Ya sea por ser el novel o bien porque tiene rasgos diferenciales que hacen que no sea uno más en la calle. Su trompa es muy característica, con unos faros antiniebla de look moderno y una parrilla con detalles cromados que le confieren mucha personalidad.

Atrás, el aplique negro hace del sector trasero tal vez el más personal de todo el conjunto. Le pone la firma el nombre del modelo estampado en la zona baja del portón.

Al costado, un aplique informa la variante: en nuestro caso, Highline que como bien indica el catálogo de Volkswagen hace años, se trata de la tope de gama. Su dotación es excelente: en seguridad se destacan los seis airbags, controles de tracción y estabilidad, isofix, espejo fotocromático y faros antiniebla delanteros.

En materia de confort, climatizador, sensor de lluvia y estacionamiento (delantero y trasero con cámara) y tapizado de cuero.

A eso se le puede sumar el Pack Hero que está compuesto de llantas de 17” oscurecidas, carrocería bitono, espejos pintados de negro, faros full led, techo solar y un asistente de estacionamiento que aparca el auto por sus propios medios.

Habitabilidad

Otro de los puntos altos de T-Cross es el espacio que guarda entre sus 2,65 metros de distancia entre ejes. Las plazas traseras están dispuestas para que tres adultos viajen confortablemente aunque la central es algo más rígida que las laterales.

Adelante, el conductor dispondrá de volante y butaca con doble regulación y de uno de los puestos de mando más tecnológicos del momento: el active info display (tablero digital) más el discover media, uno de los centros telemáticos más completos (android auto y car play) disponibles. Todo, por supuesto, es configurable y el par dispone de muchísima información para hacer el trayecto ameno y repleto de información.

En materia de calidad, muy buena presentación y ensamble aunque podría tener más plásticos blandos. Los tonos claros de la plancha y butaca le da un look muy agradable y en conjunto con el techo suman una luminosidad importante.

Por último, el baúl, con bajofondo, permite una capacidad máxima de carga de muy buenos 420 litros, de las mejores del segmento.

Motor

El talón de aquiles de T-Cross es su motor, por demás doméstico. Se trata del conocido 1.6 MSI aunque con una ligera actualización de componentes. Rinde 110 CV y sumado al peso de la carrocería, su rendimiento es modesto, con un 0-100 en el orden de los 14 segundos y el kilómetro en 35.

La buena noticia es que los consumos son austeros, con un máximo urbano de 10 y en ruta de entre 6 (circulando a 100 km/h) y 7,5 (a 130).

La caja, en este caso, es una automática de seis velocidades que cumple correctamente con su trabajo y no manifiesta demoras. Nos gustó el diseño del selector y la posibilidad de contar con levas al volante para un manejo secuencial, de manera que quien necesite una reacción mayor tendrá la libertad de echar mano de la caja cuando así lo desee.

Comportamiento dinámico/off road

Pese a ser un “SUV”, este T-Cross es un vehículo de tracción delantera exclusivamente. Esto significa que no cuenta con ningún tipo de asistencia a la tracción ni a los diferenciales con lo cual desalentamos su uso en caminos en mal estado o barro/arena.

Dinámicamente es un auto cuyo chasis soporta tranquilamente curvas de mediana intensidad, y en ruta anda muy aplomado sin mostrar ninguna oscilación importante cuando lo cruza un viento.

En ciudad su comportamiento es franco, con un compromiso de confort muy bueno aunque no llega a ser tan confortable como alguno de sus rivales. De más está decir que los controles activos de seguridad se encargarán de mantener siempre la línea de T-Cross, aunque nos hubiera gustado que incorpore algunas ADAS.

Precios y rivales

Este segmento es uno de los más animados del mercado y por ende las opciones son muchas. Podemos nombrar a los Baic X35 Luxury (1.5/115 CV), Chevrolet Tracker Premier FWD (1.8/140 CV), Chery Tiggo 3 Luxury (1.6/125 CV), Citroën C3 Aircross Feel (1.6/115 CV) y C4 Cactus Feel Pack (1.6/115), Fiat 500X Pop Star (1.4/140 CV), Ford EcoSport Titanium (1.5/123 CV), Geely Emgrand GS Active (1.8/140), Haval X2 Comfort (1.5/141 CV), Hyundai Creta GL Connect (1.6/123 CV), JAC S3 Intelligent (1.6/120 CV), Jeep Renegade Sport (1.8/130 CV), Nissan Kicks Advance MT (1.6/120 CV), Peugeot 2008 (1.6/165 CV) Renault Captur Intens (2.0/143 CV) y Duster Privilege (2.0/143 CV/4×4).

El T-Cross es una muy buena opción para quien apuesta por una marca con tradición y un producto que tiene con qué salir a ganar terreno frente a otras históricas.

+ Baúl
+ Comportamiento dinámico
+ Equipamiento general

– Gama acotada
– Auxilio temporal

T-Cross Highline
T-Cross Highline

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