Prueba Renault Duster | Renovación integral

A esta altura la Duster es un clásico en nuestro mercado y en la región. El modelo de Renault, que aterrizó allá por 2011, se convirtió en un vehículo casi de culto que cuenta con su propio séquito (los “dusteros”) a fuerza de ser un vehículo versátil, que llegó para foguear la moda de los SUV y democratizar versiones con tracción integral, de probada eficiencia, cortesía de la alianza con Nissan.

Así, con muchísimas actualizaciones de estéticas, gama y equipamiento (130.000 unidades vendidas y 6 series limitadas) la Duster transcurrió su ciclo en nuestro país siendo un vehículo de volumen y muy requerido por las familias que procuraban espacio y un móvil robusto y confiable.

Pero desde hace unos años Renault ya tenía planeada su actualización. La pandemia demoró ligeramente los planes pero tras superar los obstáculos que propuso el Covid, finalmente la filial argentina pudo presentar en nuestro país esta nueva Renault Duster que ilustra la nota y que llega, al igual que el resto de la gama, desde Colombia.

Estética y equipamiento

Esta actualización se apoya en una estética algo más robusta y actualizada, con el logo de mayores dimensiones, algunos cromados más y diferentes retoques en el resto de la carrocería como los LED tipo “C” en la trompa y, en el remate, las nuevas ópticas que indefectiblemente remiten a las del Jeep Renegade y también cuentan con la tecnología moderna de los diodos. Hubo un ligero retoque en la plataforma para ampliar sus cotas, pero en términos estructurales es prácticamente el mismo auto.

De costado se destacan las nuevas barras de techo estampadas con el logo “Duster” en cromado y le suma un nuevo embellecedor lateral además de un paragolpes mucho más lanzado que contribuye a la eficiencia aerodinámica. También se destacan las nuevas llantas diamantadas de 17 pulgadas que le imprimen cierta deportividad.

A todas las Duster también se le puede agregar un kit denominado Outsider (similar al que ofrece la Oroch) que incluye protección delantera y laterales, overfenders y barras de techo longitudinales color negro.

A la hora del equipamiento, la variante Iconic que manejamos se ubica por encima del resto con lo cual tiene la máxima dotación posible de la gama. Doble airbag, ABS y control de estabilidad de serie (bien), pero sin la posibilidad, por lo menos por ahora, de contar con más bolsas de aire (mal).

En términos de confort, la Iconic 4×4 se despacha con las mencionadas llantas de 17, control de velocidad crucero y limitador, detector de ángulo muerto, control de descenso y sistema de acceso y arranque sin llave como lo más destacado.

Habitabilidad y multimedia

Una de las grandes virtudes de la familia siempre fue la habitabilidad y en esta Duster se mantiene. Cuenta con 2,67 metros entre ejes que permiten que viajen cómodamente dos adultos en el sector trasero. Un tercero lo podría hacer también aunque dispondrá de una plaza central ergonómicamente. Los tres, independientemente de su rango etario, contarán con tres cinturones inerciales y tres apoyacabezas.

El baúl de la versión que manejamos es de 400 litros, aunque el resto de las variantes alcanza plausibles 475 por ende quien esté buscando una variante 4×4 deberá resignar una buena cantidad de litros de capacidad de carga.

Otra de las grandes novedades de esta variante es la bienvenida renovación del interior. Sumó en jerarquía, también algo de calidad y mejoró su presentación. Allí se aloja otra nueva característica: la pantalla de 8 pulgadas que permite elegir un nombre y una foto de portada, definir un diseño de pantalla personalizado, guardar hasta nueve estaciones de radio, activar o desactivar el desbloqueo de puertas “keyless” y también administrar la función Driving Eco y visualizar las imágenes de la cámara de retroceso.

Su funcionamiento es muy bueno, como así también la definición y la posibilidad de conectividad, con android auto y car play para espejar buena parte de las aplicaciones más populares del celular.

A la hora de posicionarnos para manejar la Duster, contamos con una butaca que regula tanto en altura y profundidad al igual que el volante lo cual permite acomodarnos de la mejor manera posible al volante.

Motor

La frutilla del postre de esta renovación es el motor turbo que estrena la familia Duster. Además, se complementa con el HR16 (115 CV) que hemos manejado en otros modelos del grupo.

Este bloque sobrealimentado tiene 155 CV y tiene un funcionamiento impecable, con muy buenas sensaciones, interesantes cifras y una contundencia disponible desde bien abajo en el cuentavueltas.

Además, entrega 250 Nm desde las 1.800 RPM lo que garantiza buenas reacciones sin necesidad de echar mano a la caja. Y justamente la caja manual de seis mantiene también las virtudes de la anterior: pasajes cortos, precisos y predecibles.

Las sensaciones se transmiten en el cronómetro, con 9 segundos y medio para el “cero a cien”, 31 para alcanzar el kilómetro y recuperaciones en el orden de los 6 y 9 segundos hablando de cuarta y quinta marcha, respectivamente.

¿Se paga eso en los consumos?

La respuesta corta es no. Circulando a velocidades constantes, donde aprovechamos la función “eco” y el control de velocidad crucero para relajar el “uno tres”, gastamos un promedio de 6,5 litros y cuando subimos la velocidad a 130 algo similar pasó con los consumos, que se fueron por encima de 9 litros. En ciudad quizás esperábamos un poco menos, ya que orilla los 12 litros cada cien, una cifra que nos parece algo elevada teniendo en cuenta el segmento, la silueta y la eficiencia del motor turbonafta.

En pocas palabras, un bienvenido plus de rendimiento que no se traduce necesariamente en un elevado gasto en el surtidor y se siente desde el primer instante en que exigimos el pedal derecho.
Por último, la frenada, con mejores cifras que sensaciones deteniendo a la Duster en menos de 40 metros desde 100 km/h hasta partida detenida.

Comportamiento dinámico/off road

Otro de los “anchos” de la Duster es su comportamiento. En todo sentido, porque es un vehículo desarrollado en la región, lo que implica que los resortes fueron calibrados en consecuencia. Además, esta versión 4×4 lleva en el eje trasero una suspensión independiente lo que lo beneficia en todos aspectos: en ciudad copia las irregularidades con mayor eficiencia y en ruta le permite viajar con aplomo y un mínimo rolido en curvas a mediana o alta velocidad. Lógicamente no se trata de un deportivo pero esta Duster mejora sus virtudes dinámicas gracias a esta suspensión, que en el resto de la gama es a barra.

Y hablando de las diferencias, esta 4×4 se vale del sistema 4×4 “de siempre”. Se comanda desde una rueda ubicada en la zona central y admite 3 modos: 2WD (para situaciones “normales” donde se evitan gastos innecesarios de combustible y uso de fierros), Auto (el vehículo administra la distribución de par a discreción) y 4WD Lock que naturalmente bloquea la tracción a las cuatro ruedas para situaciones en donde nos salimos del camino.

Es casi una exclusividad del segmento, donde la mayoría de las propuestas son integrales a tiempo constante y en demanda. Además, la Duster tiene una probada herencia fuera del pavimento y esta gestión de la tracción otorga un plus respecto del resto permitiéndonos salir del asfalto con mayor tranquilidad.

Precios y rivales

El universo de competidores de la Duster es enorme. Creemos que por posicionamiento puede ser una alternativa a modelos quizás más caros y que no necesariamente sean 4×4. A 2.831.000 se ofrece como una opción más entre las Chevrolet Tracker, Citroen C4 Cactus, Ford EcoSport, Hyundai Kona, Kia Seltos, Nissan Kicks, Peugeot 2008 y Volkswagen T-Cross, entre las más representativas. De esas, solo Kona y EcoSport (stock mediante) ofrecen tracción total.

Por precio, robustez, reventa, las mejoras y el eficiente nuevo motor, la Duster es una de las mejores compras de un segmento muy exigente y de volumen.