A fines de 2017, y con varios años sobre el lomo, la gama 208 recibió en su portfolio la variante turbodiesel de su hatch del segmento B. Aunque bienvenida, poca fue la sorpresa ya que el Grupo PSA es de los pocos que siguen apostando por este tipo de combustible que desde hace unos años, minado por regulaciones y tendencias, está en recesión.
Proveniente de Eslovaquia, el Peugeot 208 HDi llegó a nuestro país para convivir durante un tiempo con la gama importada desde Brasil, en una única variante con equipamiento Allure.
Estética
El Peugeot 208 HDi es el mismo “de siempre” a la vista, aunque esta opción europea se despega del brasileño por un detalle muy particular: el espejo tiene su carcasa cromada.
Más allá de esto, tiene otros elementos menos notables pero que hacen al día a día como espejo fotocromático, retrovisores rebatibles y calefaccionados, guías de led en el techo, tapizados específicos y tablero con agujas en lugar del display digital de los 208 “civiles”.
Pese a no ser Feline -tope de gama-, el 208 HDi se apoya un escalón por debajo pero con un equipamiento más que interesante, sobre todo de seguridad: 6 airbags, ESP e isofix.
Por el lado del confort, climatizador bizona, sensor de luces y lluvia y de estacionamiento delantero y trasero y pantalla de 7” con conectividad android auto y car play y cámara de retroceso.
Habitabilidad
El espacio nunca fue el fuerte del 208. En este HDi se mantiene la tesitura, con unas plazas traseras (2,54 entre ejes) que podrían ser más generosas pero un baúl muy bueno de 318 litros. Atrás, tres cinturones inerciales y mismo número de apoyacabezas para que todos viajen seguros.
Quien conduzca estará frente al iCockpit, la solución de Peugeot que ubica el volante por debajo del tablero (o viceversa). Es fácil encontrar una buena posición ya que tanto volante (de reducidas dimensiones y comandos satelitales) como butaca regulan en altura y longitudinalmente.
La calidad, pese a ser europeo, no escapa demasiado a lo que ofrece el 208 brasileño que tiene una muy buena presentación pero, al detalle, evidencia algunos detalles mejorables. De todos modos algunos de los puntos que ya mencionamos hacen la diferencia en la experiencia diaria.
Motor
La gran vedette de esta variante se esconde bajo el capot. El 1.6 es un impulsor que se estrenó a nivel mundial en 2010 para 207 y 308, entre otros. En este compacto se siente muy a gusto, con una muy baja rumorosidad, buena respuesta al pedal derecho y, sobre todo, consumos super acotados.
La caja es una manual tradicional de cinco velocidades, con pasajes y recorridos correctos que pasa bastante desapercibida, ya que cumple su función sin mayores sobresaltos. Podríamos pedirle una sexta, pero por una cuestión de exigencia ya que no necesita una sobremarcha para bajar consumos.
Estos son de entre 5,2 y 6,7 circulando a 100 y a 130 km/h y en ciudad se dispara a picos de menos de 8. Números que sorprenden y que se valoran a la hora de sacar la billetera.
En términos de prestaciones, cifras lógicas de 12,5 para el cero a cien y recuperaciones de entre 10 y 14 que hablan de la elasticidad del motor diesel.
Dinámica
Naturalmente otra de las cosas que traen consigo estos modelos intercontinentales son una regulación algo diferente de las suspensiones. El HDi tiene un reglaje menos permisivo (mantiene la barra de torsión) que su hermano Mercosur, pero eso no lo vuelve incómodo en ciudad o rolador en ruta.
Se mantiene en un término medio -algo más áspero, lógicamente- pero sí hay que estar atento a los voladizos que pueden rozar con el asfalto en alguna bocacalle honda.
En ruta saca a relucir la tradición Peugeot en este ámbito y se muestra franco, con una buena tenida y siempre vigilado por el ESP, que en esta versión es de serie y, salvo en el GT, todavía sigue siendo una deuda de la familia 208.
Precios y rivales
Golpeado por los vaivenes económicos, el 208 HDi es parte de la oferta del león en nuestro país, que aún cuenta con unidades en stock. Habrá que esperar las sucesivas semanas y meses para ver cómo la marca reorganiza todos sus vehículos transatlánticos.
Esperando continúe en las filas, el HDi sigue siendo el único exponente del segmento B “premium” con un motor de estas características, con lo cual no tiene un rival directo. Eso, sumado a unos consumos miserables, lo vuelven un modelo súper interesante para el consumidor.
+ Consumos
+ Equipamiento general
+ Comportamiento equilibrado
– Calidad mejorable
– Habitabilidad
– Precio final
Te puede interesar