No hay quien no conozca qué es un Outlander. El modelo se lanzó en los albores del milenio (2001) y ya carga con tres generaciones sobre el lomo. Esta que manejamos es la actual, que ya lleva casi 8 años entre nosotros, y seguramente habrá sido el último retoque antes del estreno de la cuarta.
Sea cual sea su futuro, a fines del año pasado se lanzó en nuestro país, llega desde Japón en una única versión con motor naftero de 2,4 litros, tres filas de asientos y virtudes y aspectos mejorables que pasamos a contarte en esta nota.
Estética y equipamiento
Tal vez uno de los mejores ejemplos de cómo aplicar un restyling con family feeling incorporado: trompa imponente gracias a múltiples cromados que se asemeja a lo que viene haciendo la marca en otros modelos aunque por una cuestión de oferta en nuestro país desconocemos.
El resto de su silueta mantiene esa sensación de solidez y eso es algo que siempre suma desde lo estético.
En cuanto a la gama, el recorte llegó y sólo está disponible esta variante GLS con un equipamiento correcto tanto de confort como de seguridad: siete airbags, antinieblas delantero y traseros, controles activos y pasivos (nada de ADAS), sensor de estacionamiento trasero con cámara 360, de lluvia y luces, acceso y arranque sin llave, climatizador bizona, portón de apertura eléctrica y techo solar como lo más destacado de esta opción.
Habitabilidad
Con 2,67 metros entre ejes, hay lugar para siete. Sí, tres filas de asientos donde la segunda cede algo de espacio para que puedan entrar dos pasajeros más al fondo que seguramente serán los pequeños del grupo.
Adelante el conductor dispondrá de una butaca con regulaciones eléctricas (más volante de doble regulación) con lo cual no tendrá mayores problemas para acomodarse y conducir. En la segunda fila de asientos hay lugar para tres adultos que cuentan con regulación longitudinal y también se rebaten, así que también le sumamos unos puntos de modularidad.
Para la tercera sección del automóvil se siguió la de siempre: dos plazas reservadas para los niños. En el caso de no usarlas, se “esconden” para formar un piso plano y no comprometer el espacio del baúl, que es de 590 litros con dos plazas.
Toda la multimedia se organiza desde una pantalla no original pero que cuenta con conexión android auto y carplay, un sabor agridulce porque disponemos de las conexiones más modernas pero con una interfaz algo anticuada y poco intuitiva.
Motor
La única opción disponible es un 2.4 naftero (un solo árbol de levas, 16 válvulas) de buenos 170 CV y asociado a una caja CVT de seis velocidades, buen funcionamiento pero algo rumorosa como toda CVT.
Es un propulsor progresivo que se encuentra más cómodo a medio régimen pero que logra movilizar al Outlander en 11,2 segundos para alcanzar los 100 km/h y recorre el kilómetro en 32,7.
A la hora de los consumos, a 100 km/h se mantiene en un régimen correcto de 6,8 litros, a 130 sube la demanda a 10 y en ciudad se dispara a casi 12.
Sí creemos que podría ser un poco mejor en la prueba de frenado, donde registró excesivos 42,9 metros para detenerse de 100 a 0.
Una potencia más pensada para un deportivo pero que se ve algo disminuida por la transmisión y el gran porte del SUV.
Comportamiento dinámico/off road
Es un vehículo para siete pasajeros pero también un SUV pensado para salirse del camino. Lleva el mote de light porque carece de baja, pero en este segmento es algo que prácticamente quien la compre no va a utilizar.
Las funciones son las clásicas: normal (2WD), 4WD auto y 4×4 lock para cuando sabemos que necesitamos ese punch extra de tracción integral. Su funcionamiento es correcto, tiene neumáticos citadinos y llantas de 18” que son más pensadas para la ciudad que para salirse del camino.
Su configuración de suspensiones independiente delantera y trasera la hace muy confortable en ciudad, ambivalente en ruta (aunque algo roladora por cuestiones de arquitectura y calibración).
Precios y rivales
El universo de los SUV es inmenso. Pero el de las SUV con capacidad para 7 asientos se limita a las Hyundai Santa Fe, Kia Sportage, Peugeot 5008 y Volkswagen Tiguan. A 49.000 dólares, Outlander tiene muchos argumentos para salir a pelearle a las coreanas y a los productos europeos más novatos.
La imagen de marca, uno de los pilares más importantes que supo construir y sostener Mitsubishi, puede ser un elemento de peso a la hora de decidirse, pero si nos enfocamos en el producto, la “Mitsu” se erige como una buena alternativa para todo lo conocido.
+ Equipamiento general
+ Potencia nominal
+ Habitabilidad y modularidad
– Distancias de frenado
– Gama acotada
– Imagen de marca