Con el Vision G-Code, Mercedes-Benz anticiparía el que podría ser el primer paso hacia el desarrollo de un nuevo modelo en un segmento en el que actualmente no posee participación: el de los SUV compactos.
Dicho prototipo, que fue creado en el Centro de Ingeniería de Producto en Beijing con la supervisión del estudio principal de la marca en Sindelfingen, Alemania, se destaca por su llamativa estética de la carrocería, con líneas redondeadas y cuatro puertas (las traseras con apertura inversa a las convencionales).
En el frontal parece gran parte de su encanto, ya que posee una generosa parrilla con la estrella en el centro de la misma y unas luces de LED (diodos luminosos) que cambian su color (azul o rojo) de acuerdo al modo de funcionamiento del prototipo.
El Vision G-Code es dueño de un sistema de propulsión híbrido que consta de un motor térmico con turbocompresor alimentado con hidrógeno para mover las ruedas delanteras, y otro eléctrico para las posteriores, lo cual le permite tener tracción delantera, trasera o en las cuatro ruedas.
El sistema admite tres funciones de utilización, una híbrida en la que se favorece el uso del motor eléctrico, una en la que prevalece la función híbrida, y otra que está orientada a la deportividad, con el motor eléctrico ayudando al de combustión en las aceleraciones.
Posee un largo total de 4,10 metros, una anchura de 1,90 m y una altura de 1,50 m, mientras que las llantas son de 21 pulgadas y el interior carece de parante central y ofrece cuatro butacas individuales. En el baúl se esconden dos mini scooters stand-up que se recargan de energía cuando el vehículo está en movimiento.
Por último, llama la atención la pintura “multi-voltaica”, la cual es la encargada de atraer la energía solar y de llevar a cabo la carga por electrostática (con el viento), para generar energía eléctrica que luego será utilizada por el vehículo.