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A HORAS DE PARIS

MERCEDES BENZ SLR MCLAREN ROADSTER 722 S, LA NUEVA FLECHA DE PLATA

El roadster alemán sigue sumando versiones, encanto y potencia, a un modelo “básico” (si se permite la expresión) que va camino a transformarse en un icono de este tiempo de la industria automotriz mundial. Esta vez se trata de SLR McLaren Roadster 722 S, un rara avis del que sólo rodarán 150 unidades por las rutas del globo, destinadas eso sí, a gente amante de los súper deportivos… y con abultadas cuentas bancarias.

Esta versión, que empieza a marcar el fin en la jugosa relación entre estas dos empresas, sabe aunar el tinte más deportivo de la casa de Stuttgart (¿cuántos descapotables hay que puedan pisar la misma vereda?) con detalles propios de un vehículo exclusivo. Se fabricará en la planta de F1 inglesa de Woking y ya se puede reservar, pero estará en la calle recién a inicios de 2009.

Explota para desarrollar las pulsaciones más severas la conocida mecánica AMG de 5,5 litros (configurados en un V8) que es capaz de entregar 650 CV (y una friolera de 820 Nm de torque) y se combina con una caja automática de 5 velocidades (de desarrollo especial para este modelo) que lo dispara hasta los 335 km/h, suficientes para despeinar el jopo del más audaz. Para los que pulsan rápido los cronómetros: necesita sólo 3,7 segundos para, de parado, llegar a los 100 km/h; en el tiempo que cualquier auto veloz llega a los 100 km/h, este SLR rompe la barrera de los 200. ¿Suficiente?

Algunos de los argumentos que utiliza responden a la más alta tecnología aplicada, por ejemplo toda la carrocería es de fibra de carbono… y las pocas partes que no, se fabricaron en aluminio, consiguiendo un peso muy reducido y mejorando proporcionalmente la relación peso/potencia, los frenos tiene componentes de cerámica. Las llantas son de 19” y la altura –respecto al modelo conocido- se rebajó 10 mm.

En el interior se destacan los asientos revestidos en cuero de Alcántara, el climatizador bizona, audio Bose premium y un navegador GPS integrado a la consola. El techo de lona tiene un tratamiento especial para –cuando está plegado- no salir volando a la velocidad que es capaz de desarrollar.

El precio todavía no se develó pero promete ser tan selecto como el aura que lo rodea. Este SLR, se sabe, con el tiempo gozará de un valor inestimable, propio de los coleccionistas más acaudalados, se trata de un automóvil que llega para inscribirse en las mejores páginas de la historia.

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