Mercedes-Benz cuenta en Europa con el C 300 de, una nueva versión híbrida del Clase C que se caracteriza por combinar un motor diésel con un propulsor eléctrico, lo que le permite contar con una gran eficiencia en el consumo de combustible.
Disponible con carrocería sedán y Estate (familiar), la variante posee como uno de los protagonistas al motor turbodiésel con cuatro cilindros y 2 litros que entrega 194 caballos de potencia y 400 Nm de torque entre 1.600 y 2.800 rpm.
Por su parte, el propulsor eléctrico aporta otros 122 caballos. Junto con el térmico, logra desarrollar 306 caballos de potencia y 700 Nm de torque a sólo 1.400 rpm. A eso se le suma la caja automática 9G-Tronic con nueve velocidades.
Con este conjunto, el sedán acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos y posee una velocidad máxima de 250 km/h en modo híbrido y superior a los 130 km/h con energía exclusivamente eléctrica, con la que además puede recorrer 57 kilómetros (56 en la Estate) con cada carga. Por su parte, el consumo combinado es de 1,6 l/100 km.
La energía eléctrica proviene de una nueva batería de iones de litio que se puede cargar mediante un cargador que permite pasar del 10 al 100% de la capacidad en aproximadamente 1,5 horas con un sistema de carga rápida (Mercedes-Benz Wallbox), mientras que la misma carga, con un enchufe doméstico, se realiza en unas cinco horas.
El modelo además cuenta con el sistema Eco Assist, que a través de la gestión de la motorización ayuda a lograr una conducción eficiente y a mejorar la autonomía eléctrica.
Sin embargo, el conductor puede seleccionar los diferentes programas de manejo, incluyendo la recuperación de energía.
De esta forma, Mercedes-Benz continúa apostando por los motores diésel, en este caso con una variante que se diferencia de la mayoría de los híbridos, que combinan un motor eléctrico con otro naftero.