Primera Mirada Autos

PRUEBAS EN EL AUTODROMO

MERCEDES-BENZ AMG: 1.784 CV… O UN RECREO EXQUISITO DE 23.000 DOLARES LA VUELTA

A veces sucede. En este trabajo tenemos “mimos” profesionales de esos que resultan gratificantes, muchas veces inalcanzables y que nos cambian la semana y nos sentimos más buenos y felices. La invitación de Mercedes-Benz Argentina era por demás tentadora y no pasaron más de cinco minutos para confirmar nuestra presencia y asegurarnos así una de las plazas elegidas. Tener (casi) toda la línea AMG, flamante, a disposición y el Autódromo de Buenos Aires cerrado ah hoc, no es algo que acontezca a menudo. Y allá fuimos, abnegados y consecuentes con los mandatos editoriales.

La mañana estaba fría y desapacible, pero apenas ingresados en los boxes las palpitaciones se aceleraron y nos olvidamos del pobre sol y la temperatura semi gélida. En un ambiente lujosamente “racing”, con invitados de distinto tenor, pilotos y personal jerárquico de MBA compartimos un desayuno distendido. Acto seguido asistimos (contando los eternos segundos antes de salir a la pista) a una charla histórico-introductoria de AMG en el mundo y a la que fue muy difícil seguir con atención… los ojitos de todos apuntaban a la calle interna, especialmente iluminada, con las bestias ahí nomás, todavía en sigilo.

Como llegamos muy temprano y contamos con buenos amigos en la casa de la estrella, armamos un programa a la medida de las emociones más intensas. Los vehículos disponibles eran dos AMG C63 de 457 CV (600 Nm), un ML 63 AMG de 510 CV (630 Nm) y un seductor SLK 55 de 360 CV (510 Nm). Un paquete de lujo y potencia que cualquier millonario gustaría tener.

Comenzamos, con perfil bajo y controlando las emociones, por subirnos de acompañantes de Enrique Melidoni, viejo conocido de la casa, en un C63. Enrique nos desentraño, con paciencia y dedicación, los secretos del auto y del circuito, cinco vueltas de presentación digamos. Se usó un trazado corto y variado que aprovechaba fundamentalmente toda la recta principal -para explotar las velocidades máximas- y una combinación de curvas de distinta velocidad que incluía la famosa de la “ex confitería” y el tobogán, antes de llegar a la “ex” horquilla. Ideal para llegar a ciertos límites y no correr riesgos innecesarios, y ahí estuvo una de los secretos: tener plena conciencia, a pesar de la batería de ayudas electrónicas, de la potencia que se condujo.

Tres vueltas y estuvimos a gusto (y excitados) como para pasar a la butaca izquierda. Ajustes de rigor al volante cuero de excelente grip, butaca de competición que nos abraza como si nos conociera de siempre, caja en D y aceleramos a fondo. 

Patea como un auto de carreras. Una cosa seria. El V8 ruge sordo y ronco anunciando los cortes sucesivos que van terminando con la caja de siete marchas y nos lanza al final de la recta a más de 220 km/h sin despeinarnos el jopo. Nos paramos en el freno y una manota invisible nos toma de la nuca y nos desacelera dejando al auto presto para tomar la curva cerrada a la derecha. Volantazo y adentro. Increíble. Lo que acelera y lo que frena. 

Completamos tres giros con el ESP funcionando al 100% y tratando de controlar las ganas de acelerar para que los chips no nos corten motor y energía. Los modales son, digamos, marcados si no se lo trata con respeto. Después de familiarizarnos y dejar que la adrenalina fluyera naturalmente, sin sobresaltos, Enrique nos dijo: “Ahora vamos a ver con el ESP desconectado en fase 1, te va a permitir manejarlo de manera más deportiva, pero cuidado que te perdona menos. Igualmente, quedate tranquilo: en situaciones límite entra en acción y te salva la ropa”.

El clímax fue total. La subordinación de los “instintos motores” llevados a los niveles más primarios. Podríamos jactarnos y contar una historia donde el C63 AMG con el ESP desconectado en su totalidad y hacer un buen relato de fantasía. No. Creemos que la potencia y el tiempo disponible ameritaban a respetar la seriedad de la propuesta y no forzar macanas: para extraer la savia más pura de un aparato que es, prácticamente, de carreras se requiere tiempo o las dotes de un piloto profesional. En nuestro descargo diremos que con el ESP en función parcial, nos permitió controlar los derrapes al milímetros y deliciosamente con el acelerador y contravolante (tiene una función especial para facilitar la tarea) y llevar la cola con destreza sin necesidad de ser Hamilton.

Las curvas se abordan con una naturalidad asombrosa. Hay que llegar con el auto “armado” y perfectamente balanceado (neutro) para en la mitad comenzar a aplicar toda la potencia… pero dosificando. Si se llega al viraje un poco “desparramado” es casi imposible realizar el dibujo perfecto: sobra auto y potencia por los cuatro lados.

La transmisión trabaja de maravillas y la caja automática de 7 velocidades AMG Speedshit Plus 7G-Tronic -con función de doble embrague va sucediendo –solita- perfectas maniobras de punta y taco y rebajes “tirados” con destreza absoluta. Una maravilla. Tanto la caja de manera manual como en utilización automática, es sobresaliente.

Cada giro exigimos más, y más responde, y más pide. Dos tandas de cinco vueltas y adentro: era obligatorio dejar enfriar los frenos (llegaban humeantes a boxes) y los neumáticos standard.

Un gran auto y un escenario ideal para corroborar como la tecnología se dispone a los pies del conductor para lograr el dominio total y permitir que, un clásico Mercedes-Benz perfectamente cómodo, insonorizado, que apenas murmulla regulando, pueda convertirse en una bestia capaz de arrasar con todo.

Segundo turno para el 4×4, el SUV de la casa teutona: el ML 63. Es claro que sacude menos que un C63, pero hay cuestiones relativas al peso que son imponderables. Nos quedamos con la sensación de venir a “200 largos” y patear el freno sin contemplaciones (recordemos que estamos a 60 cm del suelo y son casi dos toneladas y media lanzadas, ergo: una masa incalculable y apenas sustentada sobre cuatro parche de caucho) la transferencia a pesar de todo se nota, pero el Clase M se para a cero y aborda el viraje con solvencia como traído por un imán.

Si nos sacamos el déja vú del C63 y lo jugamos contra los de su especie tomamos real dimensión de lo que lograron los ingenieros alemanes. Nos gustaría saber el perfil de comprador que accede a este modelo de AMG. Sus neumáticos y suspensiones eliminan cualquier vestigio off road en su uso y el consumo y la potencia son para billeteras y muslos sensibles.

Después del espacioso ML fuimos por la coupé SLK55. Un auténtico biplaza: no había lugar ni siquiera para dejar la campera (la acomodamos tras la espalda… tampoco nos ibamos a bajar por esa obviedad). De este auto nos llevamos un recuerdo imborrable: el rugido del V8 que estalla atrás de la espalda: el escape se ubica muy cerca y emite un graznido estremecedor. Se lo notas más dócil y liviano, casi más fácil… pero igualmente endemoniado si se quiere ir más allá de donde indican las buenas costumbre.

Un deportivo compacto que resulta ideal en la relación tamaño- prestaciones y que invita a imaginarnos en cualquier viaje de ruta. Más “nervioso” quizá a la hora de doblar respecto al C63, nos dejó también un gusto dulce en la boca y las manos húmedas…

Seremos sinceros: nos quedamos otro rato y sin sonrojarnos esperamos por un segundo turno con el C63. Casi como quien vuelve a recorrer el cuerpo de una vieja amante, no para buscar lo desconocido, sino casi para reconocerse en pliegues transitados. No buscamos ni más ni menos que llevarlo suave y “redondo”, dosificando suave cada movimiento… y nos estremeció nuevamente. El verbo conducir en un nuevo tiempo de conjugación: presente perfecto.

Una mañana. Un autódromo. Cuatro autos. Poco menos de u$s700.000 y 1.784 CV. Una combinación de lujo que agradecemos haber tenido la oportunidad de vivir.

EL PODER Y LA PASION

AMG C63
Combustible: Nafta
Cilindrada (cm3): 6.208
Cilindros / Disposición: V8
Potencia (CV/rpm): 457/ 6.800
Par máximo (Nm/rpm): 600/ 5.000
Velocidad máxima (km/h): 280
Aceleración de 0 a 100 km/h (seg): 4,5
Peso en vacío según CE (kg): 1.730
Relación Peso/Potencia (Kg x CV): 3,79

SLK 55
Combustible: Nafta
Cilindrada (cm3): 5.439
Cilindros/ Disposición: V8
Potencia (CV/rpm): 360/ 5.750
Par máximo (Nm/rpm): 510/ 4.000
Velocidad máxima (km/h): 275
Aceleración de 0 a 100 km/h (seg.): 4,9
Peso en vacío según CE (kg): 1.575
Relación Peso/Potencia (Kg x CV): 4,38

ML 63
Combustible: Nafta
Cilindrada (cm3): 6.208
Cilindros/ Disposición: V8 
Potencia (CV/rpm): 510/ 6.800
Par máximo (Nm/rpm): 630 / 5.200
Velocidad máxima (km/h): 275
Aceleración de 0 a 100 km/h (seg.): 5,0
Peso en vacío según CE (kg): 2.310
Relación Peso/Potencia (Kg x CV): 4,53
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