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ASIENTOS NORMALIZADOS

LOS NIÑOS, PRIMERO

• La primera medida que se puede tomar para proteger a los más peques es simple: SIEMPRE deben viajar en el asiento trasero. NUNCA en brazos: los choques nunca tienen pre- aviso: si un menor se lastima por no viajar atado no es ACCIDENTE es una IRRESPONSABILIDAD.

• Los cinturones originales no están pensados específicamente para la protección de niños y resultan insuficientes o poco aptos. Por peso y contextura los más bajitos necesitan medidas específicas que sólo cumplen las sillas normalizadas. Un niño debidamente “sentado” tiene hasta un 70% más de probabilidades de salir ileso en caso de choque.

• El concepto de desarrollo de estas sillas es claro: son una pequeña celda de seguridad que retrasan y amortiguan el efecto de los impactos frontales o laterales. En sí busca distribuir de manera uniforme las fuerzas de choque hacia las zonas de la cabeza, el cuello y la columna vertebral evitando las lesiones.

• Se pueden dividir estos sillines en tres grupos, determinados por el peso y la contextura a transportar: a igual edad no es lo mismo un crío del Ogro Fabbiani que uno de, pongamos, Buonanotte. En el primer escalón se alinean los “welter juniors” de hasta 9 kg, el segundo va para los “medio pesados” comprendidos entre 9 y hasta 18 kg y el tercero se reserva para los “pesados” que acusan en el pesaje previo entre 15 y 25 kilos, aproximadamente sería entre 3 y 6 años. A partir de allí se utilizan los llamados “boosters” que son almohadones rígidos que utilizan directamente el cinturón del auto. Cuando los niños dejan el “boosters”, preocupate porque falta poco para que te pidan la llave…

• Quedará “feo” y te sentirás un chofer, pero el ideal es que los niños, además de viajar en el asiento posterior, lo hagan acompañados de un adulto. No es aconsejable emplazar los asientos en la butaca delantera por más que se pueda desactivar el airbag del acompañante. Siempre, lo mejor, es leer el manual del vehículo donde se especifica cuál es la mejor solución. Hay autos que permiten colocar estos asientos en sentido contrario al de marcha.

• Acostumbrate a mecanizar las medidas de seguridad cuando manejás (cinturón, trabas de puertas, etc.), los niños aprenden por lo que VEN y no por lo que ESCUCHAN. La mejor manera de crear un hábito de seguridad es, precisamente, ponerlo en práctica a diario y resaltar cuando algo no se cumple. A pesar de su corta edad, es importante explicarles que se trata de SU propia seguridad.

• Isofix es un sistema normalizado que garantiza la fijación las sillas para niños en el automóvil. Trabaja con ganchos anclados directamente en la carrocería y no con los cinturones. Además tienen la ventaja que facilita la instalación (sin errores) y el desmonte. Comprar una silla que responda a este estándar es tener la seguridad (valga la paradoja) de que tu hijo está protegido de la mejor manera.

• ¿Sabías que el impacto de un de automóvil a 50 km/h es lo mismo que caer desde una altura de 14 metros, o sea casi un tercer piso? ¿Soltarías a un niño al vacío desde un balcón de 15 metros? Dejarlo suelto en el auto es lo mismo.

• Para ahorrar esfuerzo y tiempo hay modelos de sillas que permiten quitarse del habitáculo con el crío sentado y sirven también para transportarlo cómodamente fuera del auto.

• En su mayoría, los asientos se estipulan hasta una etapa que comprende los 9 o 10 kilos o un año de edad y son los modelos más parecidos o tipo cuna; a partir de allí Plan Canje y se salta de modelo.

• Es duro, pero a veces el ejemplo concreto es la mejor herramienta: un niño que tiene un peso de 10 kg., si queda suelto en un accidente, se puede transformar en una catapulta con una fuerza equivalente (por la velocidad) de más de 500 kg. ¿Te imaginás las consecuencias?

• El cinturón de los bebés deber ajustarse lo necesario para que viaje cómodo pero que no registre desplazamientos dentro de la sillita. La medida del “dedo libre” entre las cintas y el cuerpo del pequeño es un buen patrón.

• La mejor ubicación para emplazar el sillín es la plaza central trasera. Es el lugar más seguro (más protección contra golpes laterales).

• Ya en edades o contexturas próximas a los 12 años, cuando llega el momento de dejar el “boosters” (almohadón de seguridad) y pasar al asiento-asiento, preocupate por inculcarles la importancia que se tomen cinco minutos para regular en altura el cinturón (si tuvieras esa opción), ubicar el apoyacabezas, etc.

• A los inconscientes: si un niño viaja parado entre las butacas delanteras o en el asiento trasero, ante un choque frontal, tiene grandes posibilidades de atravesar el parabrisas al salir despedido.

• En la Ciudad de Buenos Aires, los menores de 10 años deben obligatoriamente viajar en las plazas posteriores. En provincia, en cambio el límite es de 12 años. ¿Cuándo adherirán todas las provincias a una misma normativa, no por “invitación” sino por obligación?

• En edades tempranas, sólo el peso de la cabeza de un chico puede equivaler a un tercio del total de su peso, por lo que la incidencia y gravedad en las consecuencias de un impacto es mucho mayor.

• En rurales o 4×4 NUNCA deben llevarse a los niños en el sector de carga. Ante un impacto (frontal o trasero) prácticamente no tienen posibilidad de no salir heridos y desplazarse a otros sectores del habitáculo.

• Las butacas homologadas tienen etiquetas que las identifica claramente. Búscalas. Es preferible un juguete más barato y tener una silla que sirva. Llorar las consecuencias de nada sirve.

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