Para conducir fuera de los límites de nuestro país, es necesario pasar por el Automóvil Club Argentino y solicitar el permiso Internacional y el Interamericano de Conducir, tal como establece un tratado de ONU y OEA al que nuestro país está suscripto y que, más que para validar las aptitudes, funciona como seguro en caso de algún imprevisto.
Hay excepciones, como las que plantea el Mercosur, donde cada conductor puede circular con la licencia emitida por su país, aunque no tenga la nacionalidad del país donde se encuentre. Desde ayer, Argentina y Chile establecieron una nueva entre ellos.
En el marco de la visita del presidente Alberto Fernández a Chile, ambos países firmaron un acuerdo de reconocimiento y canje de licencias de conducir, con el objeto de facilitar el tránsito vial en sus respectivos territorios y beneficiar a las personas que cuenten con residencia en el otro país con licencia de conducir vigente.
Cada país reconocerá las licencias de conducir nacionales válidas emitidas por la autoridad competente de la otra parte por el término de un año continuo desde su permanencia en el otro país. La idea es evitar burocracia en exceso para quienes cruzan la frontera asiduamente.
En este contexto incluso podrán optar por un canje de licencia, pero siempre dentro del plazo de un año desde la adquisición de residente sin necesidad de rendir examen teórico ni práctico.
Lógicamente el funcionamiento de las licencias será bajo las normativas y restricciones de cada país, en relación a la edad, las condiciones de aptitud psicofísicas y cualquiera sea el examen al que someta cada autoridad. Este acuerdo firmado con Chile se suma a los ya existentes con España e Italia, donde también son válidos nuestros registros.