Arctic lo hizo de nuevo: la conocida preparadora de SUV y pick ups se hizo cargo de una Toyota Land Cruiser de última generación y se encargó de hacer lo que más sabe y le gusta: llevar al límite a modelos ya de por sí capaces.
En este caso, la que entró a las instalaciones de Arctic fue una Land Cruiser de última generación, un vehículo con credenciales de sobra para salirse del asfalto en situación estándar. Lo primero que hizo Arctic y que salta a la vista son los nuevos cauchos all terrain con llantas de 17 pulgadas que le dan un look bestial.
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Para hacerle lugar a los cauchos, Arctic modificó la suspensión, con nuevos amortiguadores y espirales para mejorar los recorridos. Esto llevó el despeje a 270 mm, lo que implica una diferencia de 4 centímetros respecto del setup original y se traduce en más posibilidades también.
Las trochas fueron modificadas para hacerle espacio al nuevo calzado: 32 centímetros para totalizar 1,84 metros en los ejes delanteros y traseros. A eso se le sumó un tratamiento anticorrosivo para vadear sin problemas y, como equipamiento opcional, snorkel y malacate para completar el combo.
Con las mejoras en la altura también hubo una ganancia en los ángulos ya que, según el comunicado, la LC300 AT35 mejoró en 5 grados su ángulo de ataque (37 en total) y de salida, que totaliza 30 grados.
El lanzamiento fue en Rusia, territorio hostil si los hay, donde mostró sus cualidades sobre la nieve, aunque también va a ser vendida en países donde las condiciones también son extremas como el medio oriente.
La preparadora no confirmó el precio del kit, y a juzgar por los trabajos que hizo Arctic con una Land Cruiser de anterior generación (200 y 150), en el departamento de desarrollo seguramente ya se están cocinando futuras modificaciones para esta prístina generación de uno de los modelos más capaces del globo.