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DESTINOS INTERNACIONALES

LAS MISIONES JESUITICAS PARAGUAYAS

En tiempos de la conquista de América, los jesuitas siguieron un modelo de misiones bastante diferente a la de otras órdenes religiosas presentes en América Latina. Las misiones construyeron las llamadas reducciones. Eran unos modelos casi utópicos de convivencia entre los misioneros colonizadores y los indios guaraníes. Estas pequeñas comunidades eran autosuficientes y en ellas se enseñaban técnicas de agricultura, construcción o artesanía.

Gracias a la respetuosa relación y al mestizaje que promovieron, se mantuvo vivo el pueblo originario junto a gran parte de sus tradiciones. Existieron más de 80 reducciones entre los territorios de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay, pero sólo quedan ruinas de 30 de ellas, 7 en tierras paraguayas, en los departamentos de Misiones, Itapúa y Paraguari, entre los ríos Tebicuary y Paraná. De las 7 que se conservan, 2 han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad. Algunas han sido restauradas y reconstruidas, lo que facilita su visita.
 
El paso de los Jesuitas por el Departamento de Itapúa dejó obras de valor histórico, arquitectónico y religioso en tres comunidades: Trinidad del Paraná, Jesús de Tavarangüé y Santos Cosme y Damián. Las 2 primeras poseen valiosos conjuntos que fueron declarados Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO. No menos impresionantes son las construcciones que se encuentran en pie en Santos Cosme y Damián, a orillas del Río Paraná.

Ruinas de Santísima Trinidad del Paraná (construida en 1706)
Fue la última de las reducciones jesuíticas del Paraguay, considerada la mayor de todas las misiones y declarada Patrimonio Universal de la Humanidad por la Unesco en 1993. Es la más visitada y la más acabada por el valor de sus monumentos. Esta reducción cuenta con el mayor templo construido entre todos los que conforman las reducciones jesuitas, en donde sobresale el friso de los ángeles músicos que hasta el hallazgo de las partituras musicales en Moxos (Bolivia) constituían el único antecedente de la música en las misiones jesuitas. Este pueblo es el que conserva en mayor grado la estructura de conformación del pueblo. Su casco histórico reduccional cuenta con una imponente Plaza Mayor, lugar de reunión del pueblo, colegio, talleres, casas de indios, cementerio, huerta, museo. En total son 117 hectáreas de edificaciones. Tiene un Museo Jesuítico localizado en la antigua sacristía donde se pueden apreciar esculturas y una maqueta de la misión. Trinidad se encuentra bajo constantes trabajos de restauración y mantenimiento.

Ruinas de Jesús de Tavarangüe (fundada en 1685)
Distante a unos 2 kilómetros de la anterior, se encuentra el acceso a las Ruinas de Jesús de Tavarangüe (fundada en 1685 a orillas del río Monday). También fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Está ubicada en la Ciudad de Jesús en una exuberante región. Con espectaculares paisajes de variadas policromías, de tierra roja, pastos verdes y bosques, yerbales, cultivos de soja y pobladores de tez mate. Estas ruinas son una de las expresiones más completas del urbanismo jesuítico. La iglesia de la Reducción de Jesús estaba en proceso de construcción en el momento en que tuvo lugar la expulsión de los jesuitas de la Provincia del Río de la Plata. Hubiera sido una de las iglesias más grandes de la época, con una estructura principal de 70 metros de largo y 24 metros de ancho. Este templo sería una réplica de la Iglesia de Loyola, ubicada en Italia. Las 3 puertas de acceso ubicadas al frente son obras muy impresionantes. Es considerada una de las edificaciones más importantes de los 30 pueblos jesuítas establecidos en esa región. El diseño de esta reducción estuvo a cargo del arquitecto Antonio Forcada, de origen español que impuso su estilo propio con arcos característicos de la cultura musulmana que en aquella época predominaba en España. Todo el conjunto de la misión se encuentra en proceso de rescate. Cuenta en sus inmediaciones con pintorescos arroyos, balnearios naturales y la cantera genérica de las grandes obras.

Ruinas de Santos Cosme y Damián (1632)
Luego se puede continuar el recorrido por la ciudad de Santos Cosme y Damián, en un ramal a 29 kilómetros de la ruta Nº 1 (distante a 342 kilómetros de Asunción). La ciudad está recostada sobre el embalse de la Represa de Yacyretá, cercana a la Ciudad de Ayolas y del Parque Nacional Atingy. Allí están las Ruinas de la Reducción de Santos Cosme y Damián. Estas se destacan por su colegio, el único en pie y representativo de las 30 reducciones que se conservan y porque allí estaba instalado el antiguo observatorio astronómico jesuítico. La misión fue fundada en 1632 por el Padre Adriano Formoso que la convirtió en el principal centro astronómico de América del Sur. El Padre Buenaventura Suárez inició desde 1.703 trabajos y estudios sobre astronomía. Ayudado por los indígenas construyó telescopios, cuadrantes y un reloj de sol, que aunque rudimentarios eran exactos en su funcionamiento. Realizaron con ellos trabajos de investigación que fueron dados a conocer en Europa. De aquel centro científico hoy queda un reloj de sol que asombra por su precisión. Su iglesia fue recientemente rehabilitada para el culto con imágenes de gran valor, entre ellas la de los Santos Cosme y Damián.

Ruinas de Santa Rosa de Lima (1698)
En la ciudad de Santa Rosa, sobre la Ruta Nº 1, a 248 kilómetros de Asunción, se pueden visitar las ruinas de Santa Rosa de Lima. Cuentan con un casco histórico de gran valor testimonial, con imponentes casas de indios, en pleno funcionamiento, para comercio y residencias. Su campanario de la época y la famosa Capilla de Loreto, con sus inigualables tallas y sus murales únicos en las reducciones, son lo más destacado. La única pintura mural de los 30 pueblos se conserva en esta capilla de Loreto, sede del museo de Santa Rosa. Allí se pueden observar piezas de incomparable refinamiento, atribuidas a Brasanelli, entre las que se destacan: La Anunciación y La Piedad. En su entorno urbanístico puede apreciarse la denominada “Acera Jesuítica”, último conjunto arquitectónico completo de todas las Reducciones, además de la Torre de piedra del Campanario.


Ruinas de San Ignacio Guazú (1610)
San Ignacio Guazú es la Madre Fundacional de los 30 pueblos jesuíticos. Fue la primera reducción jesuítica del Paraguay. Está ubicada en la actual ciudad de San Ignacio de las Misiones, a 226 kilómetros de Asunción, accesible por la Ruta Nacional Nº 1. Posee el museo más representativo de las reducciones jesuíticas con tallas de gran valor y variedad, que han sido expuestas en los grandes eventos mundiales.En este lugar se pueden apreciar piezas de todos los estilos de transición hasta llegar al más puro barroco, además de manuscritos de la época. El edificio del museo constituye un atractivo, siendo la construcción más antigua en uso del Paraguay, joya de la arquitectura en adobe, conjuntamente con su reloj solar.


Ruinas de Santa María de Fe (1647)

Ubicada en la ciudad de Santa María, a 12 kilómetros del ramal de la ruta Nº 1, está a 240 kilómetros de Asunción, cercana a la Ciudad de San Ignacio. Posee un hermoso museo que funciona en un edificio construido en la época jesuítica en adobe. Las tallas sacras son de gran porte, con una escala muchas veces superior a la escala humana y de gran sentido místico y plástico. El Museo de Santa María de Fe posee piezas únicas, varias de ellas certificadas como obras del maestro José Brasanelli S. J., escultor y arquitecto que introdujo el barroco a las Misiones.

Ruinas de Santiago Apóstol (1651)
Ubicada contigua a la ruta (desvío Ruta Nº 1 a la altura del kilómetro 258) a Ayolas. Está a 22 kilómetros del desvío. Posee el mejor centro histórico urbano-jesuítico, aún en pleno funcionamiento, donde las casas de indios bordean la plaza. Cuenta con un museo y testimonios arqueológicos de la primera Iglesia de gran valor arqueológico. En el Museo de Santiago Apóstol se exhiben piezas de un particular estilo con influencia flamenca. Constituyen un particular atractivo las tablas pintadas con motivos no repetidos en otras reducciones. Se destaca un espléndido retablo de altar barroco que posee tres medallones de gran tamaño y la puerta del sagrario, probablemente obra de un maestro flamenco. Santiago es en sí una zona arqueológica inexplorada. La ciudad de Santiago es sede de la Fiesta de la Tradición Misionera, capital de una rica región de antigua y sostenida tradición ganadera con atractivos y festivales folklóricos.

Un viaje por las misiones jesuíticas paraguayas termina en Asunción, donde se encuentra el Museo Diocesano con importantes obras de arte, objetos utilizados por los habitantes de las reducciones y documentos de aquella época. Luego se extiende a la Ciudad de Paraguarí, que está a 63 kilómetros de Asunción. Allí, la Compañía de Jesús, en el siglo XVII, estableció el casco de su gigantesca estancia. Hoy sólo queda un austero edificio colonial que sirve de sede a la Gobernación.


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UBICACION
La Ruta Jesuítica del Paraguay es considerada una de las mayores atracciones turísticas de ese país y abarca gran parte del territorio guaraní. La manera de encarar el recorrido puede ser desde la capital Asunción o partir desde Encarnación, que queda a sólo 5 kilómetros de distancia de Posadas. Ambas ciudades están unidas por el Puente Internacional San Roque González. Es una buena alternativa para prolongar una visita a Misiones, sobretodo si ya se conocen las ruinas argentinas de San Ignacio. Para tener en cuenta y planificar el viaje, desde Encarnación hasta Asunción hay 365 kilómetros.
Para acceder a estas reducciones se debe tomar la ruta VI que nace en Encarnación y se puede transitar a través de caminos asfaltados. Las Ruinas jesuíticas de Jesús y Trinidad están muy cerca. Las entradas a ambas reducciones tienen señalizaciones sobre la ruta. El ingreso a las Ruinas de Trinidad está ubicado a 700 metros de la ruta VI, a la altura del kilómetro 31.
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