Mercado Autos

Análisis

Las distorsiones de los impuestos internos

El vicepresidente local de Hyundai se refirió a la actualidad del impuesto que condiciona las ventas del sector y las distorsiones que genera en los precios de los modelos. Ya afecta al segmento B.

Los impuestos internos continúan afectando a la industria automotriz en Argentina, donde el Gobierno recientemente actualizó la base imponible de la primera escala. En ese contexto, Ernesto Cavicchioli, vicepresidente de Hyundai Motor Argentina, analizó la situación actual y la comparó con 2008.

El ejecutivo de la marca japonesa indicó que el mercado “pierde versiones o las mismas son desequipadas para evitar pagar el impuesto”, y que para el consumidor “no tiene sentido pagar un 25% del valor del modelo sólo por algún equipamiento extra, ni hablar de un 53,8% de la segunda escala”.

Cavicchioli además recordó que, en 2008, el impuesto impactaba a modelos de 61.000 dólares (11% de tasa efectiva), mientras que la tasa de estadística (está incluida en el cálculo) pasó de 0,5% a 3%, un incremento de 600%.

La nueva base será aplicada a vehículos importados con un precio al público de 25.800 dólares y con un 25% de tasa efectiva. Según el representante de Hyundai, si continúa el ritmo actual de devaluación diaria, “terminará impactando en noviembre a autos de USD 23.500 antes de la nueva actualización a partir de diciembre 2020”.

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“La base de la primera escala es hoy menor aún a la que había en el peor momento de impuestos internos, en 2014 y 2015”, expresó el vicepresidente de la marca coreana sobre el impuesto, que ya condiciona a las versiones más caras del segmento B de los SUV fabricados en el Mercosur y a los sedanes del segmento C del Mercosur y México.

Por su parte, la segunda escala del impuesto tiene un impacto del 53,85% en los vehículos que superan los 59.700 dólares.

Más datos aportados: hasta septiembre, la base de los impuestos internos fue actualizada un 12%, mientras que la devaluación hasta agosto fue del 24%, lo que indica que se actualizó apenas el 50% de la devaluación, lo que perjudica a una mayor cantidad de modelos y versiones.

“Los efectos son los mismo de siempre: distorsiones en el mercado. Falta de variedad de modelos. Pérdida de equipamiento de seguridad y confort”, dijo Cavicchioli.

“Los consumidores además pagan impuesto sobre impuestos, ya que inscripcion inicial y patente se calcula no sobre el precio FOB sino sobre el precio al público, que incluye el interno. Lo mismo para los seguros y el cálculo de bienes personales”, añadió.

Por último, Cavicchioli mencionó que el impuesto fue suspendido entre 2001 y 2007 por la crisis económica y la caída de las ventas, algo que no sucede actualmente con un escenario similar.

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