Parece una imagen repetida con distinta locación. Como al inicio de este Gobierno, cuando se anunció el cajoneado Plan 2030 (leer aquí), Alberto Fernández se reunió nuevamente con ADEFA, SMATA y la UOM.
Participaron en el encuentro el primer mandatario junto al ministro de Economía, Martín Guzmán; el presidente de ADEFA, Daniel Herrero y el director de la entidad Fernando Rodríguez Canedo, el secretario General de SMATA, Ricardo Pignanelli y el de UOM, Antonio Caló.
Cumplidas las formalidades de rigor Daniel Herrero destacó la importancia del diálogo y el consenso, y manifestó que el encuentro busca impulsar un proyecto de ley para promover el desarrollo del sector – por su representatividad y contribución al desarrollo económico y social del país-, y declarar a la industria automotriz como estratégica para la producción argentina en el marco de una política de Estado.
Además plantearon poner en marcha los ejes contemplados en el informe Visión 2030 (leer aquí), de acuerdo a las definiciones que surgieron de la primera mesa sectorial organizada en el marco del Consejo Económico y Social la semana pasada con todos los actores involucrados del sector.
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“Hemos definido y potenciado un modelo de negocio exportador y especializado, con productos de alto valor agregado que involucra un intenso nivel de inversión de capital de riesgo a largo plazo”, señaló Herrero, y para poder avanzar en el Plan 2030 y su proyección estratégica, es necesario para todos los involucrados en la cadena de valor del sector poder dar impulso a las inversiones que aseguren la inserción Internacional, generar regímenes de promoción de la Movilidad Sustentable, entre otros.
Una vez más quedamos a la espera de que el Gobierno nacional dé alguna respuesta concreta al sector, algo que parece no haber ocurrido en este encuentro. El Presidente actúa el rol de un sacerdote en el acto de confesión, te escucha, te da la penitencia –que en este caso fue tomar valor para insistir en la necesidad de implementar lo anunciado por el mismo con bombos y platillos a poco de asumir su cargo-, pero el “PLAN” parece ser el de Dios. Estamos en el horno.