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VIRGINIA CAROLINA MELCHOR

LA RUBIA DEL CAMION AMARILLO

Virginia es mendocina y con tan sólo 24 años deslumbra por sus habilidades conductivas, su belleza y simpatía. Junto con su esposo, también chofer de otro Volkswagen Constellation 19.320, realiza transporte internacional con cargas que incluyen desde cereales hasta los equipos y escenografías de espectáculos musicales como el de Madonna, la Reina del Pop, siendo Chile el destino de sus viajes .  

A 20 días de su nacimiento ya viajaba “sentada” en una valija vacía como la tercera acompañante. Por sus venas corre la pasión por esta profesión que su padre le transmite hasta estos días y que se hizo más fuerte aún junto con su marido llevando adelante la empresa Dulce FGD. Ambos conducen un Volkswagen Constellation 19.320 con la diferencia que el de Virginia Carolina Melchor, nuestra protagonista, se destaca por su llamativo color amarillo.

Con el Volkswagen Constellation, Virginia es conocida como “chica del camión amarillo”. “No me costó nada manejarlo. Tuve confianza desde siempre. Pese a que nunca había tenido la experiencia, sabía todo después de haber estado tantos años al lado de mi papá”, asegura sobre lo que fue la primera sensación detrás del volante a los 19 años. Ya con cinco sobre los hombros es toda una experta: “Fue automático, algo innato. Lo único que tuve que practicar durante un tiempo fueron las maniobras de marcha pero después de 6 meses ya estaba confiada. Y pensar que todo empezó como un juego. Nunca pensamos que iba a terminar manejando profesionalmente”.

El vínculo afectivo con el Volkswagen Constellation 19.320 es muy especial. “Es mi primer camión. Con él aprendí todo. Mi marido lo compró 0km y a los 100 mil, lo heredé. Desde entonces es con el único que he andado y no me lo saca nadie”, remarca para luego confesar: “Es muy fuerte difícil explicar el sentimiento con el camión. Para mí este no es cualquier camión, es el primero que conduzco, en el que me enamoré de mi marido…  Tiene mucha historia por eso es muy importante. A veces me acongojo pensando que quizás algún día no lo tendré o manejaré más. Es una relación tan estrecha que no muchos la entienden. Es un gran compañero, sólo falta que me abrace o me hable”.  

Gracias a su fortaleza y tecnología alemana, el Volkswagen Constellation 19.320 está siendo aplicado en un tipo de transporte mucho más exigente para el que fue pensado y desarrollado. Sin embargo, responde de manera eficiente mereciendo los elogios de su conductora: “Es un camión generoso, lo utilizamos para un trabajo que -a priori- no debería estar configurado para hacer. Con él cruzamos la Cordillera desde hace más de 4 años. Transportamos hasta 45 toneladas de cereales y rinde a la par de cualquier otro. Por supuesto, si bien puede presentar algunas desventajas con otros camiones de mayor potencia, para el trabajo y camino que hago, no tengo nada que reprocharle. Me rinde y me lleva y trae sin problemas. De hecho muchos se preguntan cómo hago para que rinda como lo hace”.

“El VW Constellation es noble. No le pedimos más. Con un motor de 320 CV es excelente en lo que hace. Por lo general tenemos una hora de diferencia de viaje comparado con otro camión de más potencia. En un camino sinuoso de cordillera tal vez necesitamos unas 9 horas para hacer 260 km. Nunca tuvimos problemas de consumo, ya que vamos entre 80 y 85 km/h que no sólo es una velocidad que nos permite cuidar el gasoil, también es una velocidad segura para bajar la montaña”, destaca Virginia como algunas de las bondades de su camión Volkswagen.  

Menuda, de tan sólo 47 kilos, Virginia parece frágil. Sin embargo, confirma que “la dirección del camión es espectacular y la ZF1 es la misma caja que manejaba mi papá. Ya estoy acostumbrada y para mí es la mejor transmisión para la montaña por ser más en el pasaje de los cambios. Son reducidos, lo que me permite tener velocidad y la precisión a la que quiero ir. No tengo nada de que quejarme. El torque también del Cummins es muy bueno. Por lo único que reclamaría sería por un freno motor más potente para las bajadas y una cama más grande. Si bien la cabina es muy amplia y cómoda por la altura, lo único que encuentro pequeña es la cama. Si bien vamos en dos camiones, dormimos juntos con mi marido. Yo soy flaquita pero él, más o menos”, acota entre risas. 

La ruta a Chile la circulan unos 5 mil camiones y todo este universo de conductores se conocen, actualmente, nadie se sorprende al verla.. “En cuanto a los celos no hay ningún problema. Mi marido es muy maduro y entiende que al estar en un medio de hombres puede ocurrir que yo sea mirada. Mi padre, en cambio, está súper celoso. Una vez me cambió el chaleco refractario por el de él ya que era más largo y de ese modo me tapaba más. Papá es terrible”, refiere como anécdota.

Si bien Chile es el principal destino de “La Rubia del Camión Amarillo”, los viajes incluyen destinos de todo el país. También viaja desde Ushuaia hasta Jujuy y esto gracias a que Dulce FGD, la empresa que lleva adelante con su esposo, elige la carga y dónde viajar.  “Nosotros cargamos lo que mejor pague sea el destino que sea, aunque estemos tres meses sin volver a casa. Me encanta lo que hago así que hoy vivo para mí, para el camión y mi marido”, dice esta dama que ha tuneado el interior de la cabina con cortinas y peluches en vivos negros y rosas preparados por su mamá. Asimismo, resalta que ha tratado siempre que el camión no cambie su vida. “Me visto igual, soy la de toda la vida. Manejo de tacos (algo que no está prohibido y que me resulta muy cómodo pues me da altura al pedal), maquillada, con vestidos, polleras… soy súper femenina. Por los rincones del camión hay zapatos, vestidos, perfumes, maquillajes, de todo” dice Virginia.

Al hacer transporte internacional, el promedio de kilometraje no supera los 7 mil kilómetros mensuales, especialmente por los tiempos que se pierden en la aduana o por lo que demandan los exigentes caminos de la cordillera. También el Volkswagen Constellation 19.320 hace viajes a Buenos Aires, Córdoba u otras provincias, transportando cereales, carbón, caños, contenedores y hasta los equipamientos de shows musicales.

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